Hay que mirar sus fotos dos veces para darse cuenta. El paisaje o el bodegón enmarcado se pliega en algunos puntos de manera antinatural. Resulta extraño hasta que esos puntos se unen y se reconoce la silueta de un hombre: es Liu Bolin, el fotógrafo camuflado.
Bolin se mimetiza con aquello que retrata con una habilidad camaleónica. Para hacerlo se pinta a sí mismo y se sitúa en un punto exacto para encajar con el escenario como una pieza más. El artista está ahí, pero no está.
Tras su paso por otros países, el Palacio de Gaviria acoge The invisible man, una retrospectiva de un creador silencioso y preocupado por el consumo y los asuntos sociales.
La exposición está dividida en siete secciones que exploran diferentes temáticas. Entre las 80 piezas reunidas destacan los primeros trabajos del fotógrafo chino, así como las obras en las que migrantes subsaharianos se camuflan con playas y pateras.
The invisible man podrá visitarse hasta el 15 de septiembre en el Palacio de Gaviria.
Foto: Palacio de Gaviria