Antes de que los niños se disfrazacen de monstruos en el cole por estas fechas, antes de que las tiendas se adornasen con calabazas, telarañas y esqueletos y en general, antes de que nos invadiese el espíritu americano de Halloween, en España teníamos nuestras propias tradiciones en el día de los Santos. Y de eso no hace tanto, pero parece que le hemos cogido más gusto a la fiesta americana y qué nos hemos olvidado de nuestra tradición y es una pena, porque el día de los Santos en Madrid también tiene su historia:
- Huesos de Santo y buñuelos de viento: ¿quién puede resistirse a ellos? Los amantes del mazapán no tienen que esperar a Navidad para empezar a devorarlo, porque los huesos de santo se hacen con él y van rellenos de yema, así que son una versión deluxe de los clásicos mazapanes…¿y los buñuelos? de crema, de naranja, de chocolate…En fin, mejor paro, porque voy a manchar el teclado de babas…¡¡Cómo se puede perder esta tradición!! Por cierto, la tradición dice que si te comes un buñuelo, salvas un alma del Purgatorio…así que si te comes más de uno, no tienes porque sentirte mal.
- Castañas asadas: si hay un puesto cerca de donde estés, su olor te invadirá y te recordará a cuando eras pequeño y no podías pelarlas (aunque a mi me sigue pasando a día de hoy) pero…¡asadas se pelan con total facilidad! Y están mucho más ricas…¡y son tan nostálgicas…!
- Don Juan Tenorio: una de las historias más clásicas de la literatura española, el truhán y la novicia, un amor frustrado, nuestros Romeo y Julieta más castizos…Se representa todos los años por ésta época porque la escena más famosa de la obra ocurre en un cementerio donde aparecen las ánimas que habitan en él. Si aún no la habéis visto, este año es vuestra oportunidad. Es todo un drama.
- Ir al cementerio: independientemente de que os guste más o menos esta parte de la tradición, se sigue manteniendo y está rodeada de supersticiones. Se dice que el hecho de llevar flores servía para aportar algo vivo al lugar en el que descansaban los seres queridos y que las plantas deben ser frescas para poder plantarlas junto a la tumba.
- Contar historias de terror: lo de hacer que tus amigos no duerman esa noche no es solo cosa de los americanos… Nosotros también tenemos historias lo suficientemente terroríficas como para querer dormir esa noche abrazados a nuestro peor enemigo. Y no hace falta irse de Madrid para vivirlas…ya que la ciudad también tiene algunas leyendas urbanas bastante tétricas…