¿Y si nos cargásemos la actual M-30 para recuperar el arroyo del Abroñigal? El arroyo del Abroñigal, por cierto, es un arroyo que desembocaba en el Manzanares y cuya vaguada fue usada para la construcción de la M-30.
Esa es la propuesta que ha lanzado el geógrafo y urbanista Antonio Giraldo. Lo ha hecho a través de un hilo de Twitter y después de que le preguntaran por su proyecto macrourbanístico fetiche. Él respondía con claridad expositiva y con imágenes: su propuesta era sustituir la M-30 por un eje verde. Eliminar los 13 kilómetros de autovía urbana que divide Madrid.
¿Y si eliminamos la M-30?
La semana pasada me preguntaron por Instagram que si yo tuviera que realizar un macro proyecto urbanístico en Madrid, cuál sería. Mi respuesta fue "eliminar la autovía M-30". Bueno, pues he hecho unos croquis donde os explico mejor mi idea. Hilo: pic.twitter.com/l9dGt2sPIk
— Antonio Giraldo (@giraldeo) May 22, 2020
La M-30 se empezó a construir en 1970 y la ciudad ha crecido mucho desde entonces. La ciudad ha crecido tanto que la ha devorado. Y como el caso del niño que crece y debe abandonar la cuna para pasar a la cama, puede ser que haya llegado el momento en que la circunvalación deba desaparecer entre parques, bloques residenciales y nuevas formas de transporte público.
¿Por qué hacer este cambio?
Giraldo da tres razones básicas: uno, la M-30 es una barrera urbana de 200 metros de ancho; dos, es también una barrera socio-económica que divide a la ciudad en función de la renta; tres, la propia circunvalación es una fuente de contaminación atmosférica y acústica.
Además, el autor argumenta que no sería una acción especialmente cara: no hay que soterrar. Solo (“solo”) habría que demoler, urbanizar y ajardinar. Unas acciones que llevarían entre ocho y diez años.
Arquitectura-ficción
Está claro que el proyecto tiene tantos motivos para ser celebrado como interrogantes: ¿qué hacemos con los coches? Giraldo, además de argumentar que las ciudades deben ser repensadas y el transporte individual progresivamente desterrado, cree que lo ideal sería que hubiera espacios dedicados al transporte intermodal.
Igual que en el cine existen las películas y los documentales y en el campo de las letras están las novelas y los ensayos, en la arquitectura también hay lugar para la ficción. Y así es como hay que leer, por ahora, el proyecto de Giraldo. Un proyecto que tiene precedentes relativos y que el propio autor define como “el mayor proyecto urbanístico de España y uno de los mas grandes del mundo”.