
La nostalgia de un Madrid que no existe –en el que los espacios ahora turísticos eran comunes, de uso y no solo de paso en el mejor de los casos– se ha convertido de forma simultánea en el tema recurrente de las exposiciones de moda. A esa idea apela la muestra que une a Almodóvar y a la ciudad y también la de los barrios periféricos en los ochenta. Madrid (el actual, el pasado o el figurado) como protagonista de las exposiciones de este verano.
Esa posible teoría también la respalda la exposición que desde el 14 de junio (y hasta el 27 de octubre) alberga el Museo de Historia de Madrid. Madrid años 60, la mirada de Alcoba es un paseo o un collage de una ciudad bulliciosa, en transformación y aperturista a los ojos del fotógrafo documentalista Antonio Alcoba.
El Madrid de Antonio Alcoba
El archivo de Alcoba no solo documenta una época, sino que también invita a reflexionar sobre la evolución urbana y social de Madrid. Cada fotografía es un testimonio visual de un momento congelado en el tiempo, un relato mudo de una ciudad en constante metamorfosis.
Al recorrer la exposición, los visitantes pueden experimentar una sensación de nostalgia y descubrimiento. La obra de Alcoba nos recuerda que la ciudad es un ente vivo, en permanente cambio, y que cada rincón tiene su propia historia que contar.
La muestra no solo es una ventana al pasado, sino también un espejo que refleja las múltiples facetas de Madrid. El Madrid de Alcoba, con sus luces y sombras, sigue resonando en el imaginario colectivo, recordándonos lo efímero de la memoria urbana.
La exposición de Antonio Alcoba no solo tiene una función documentalista, sino que también es una invitación a redescubrir Madrid a través de los ojos de uno de sus cronistas visuales más destacados quien, no en vano, dijo en algún momento que esta ciudad le llevó a ser fotógrafo.