Muchos de los elementos lumínicos navideños destrozados en el suelo; ramas de árboles arrancadas de cuajo; coches estropeados por el impacto de la nieve al caer de las cornisas. El estado de Madrid durante el sábado por la mañana era más propio de una distopía futurista que de la ciudad por todos conocida. No en vano, el Ayuntamiento estudia solicitar la declaración de zona catastrófica.
Así lo hizo saber ayer Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, que señaló que “valoramos ese estado, es una de las opciones que manejamos como medio y manera de controlar esta situación”. Almeida añadió que el Ayuntamiento está estudiando si procede, desde el punto de vista jurídico (así como los requisitos necesarios), solicitar la declaración.
Una zona catastrófica, tal y como lo contempla la legislación española, es una zona afectada por una emergencia y su declaración implica recibir ayudas económicas para paliar el desastre. Hay un plazo de 15 días desde el momento en que se inicia la catástrofe hasta que se solicita y los encargados de decidir si se otorgan las ayudas son los miembros del Consejo de Ministros, que lo harían valorando si se han producido los suficientes daños personales o materiales.
Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior, ha dicho, sin embargo, que es difícil que se otorguen esas ayudas porque la prueba de que no se han producido suficientes daños como para declarar Madrid zona catastrófica es que se ha cumplido con los servicios esenciales (electricidad, suministro de agua, abastecimiento de alimentos).