Madrid estará a la vanguardia europea con la institucionalización de un elemento cultural que es tan representativo como la osa y el madroño. Hablamos de Dublín y la fábrica de Guinness, de Amsterdam y la de Heineken y dentro de poco de Mahou y su museo.
Después de varios años de trámites burocráticos –era necesario conseguir una licitación derivada del carácter de edificio protegido del que partía el inmueble–, Mahou tendrá su propio museo en el Palacio de los duques del Infantado (en La Latina). El palacio, que es del siglo XVIII, fue adquirido por la cervecera en 2014 por una cifra cercana a los 10 millones de euros. Sin embargo, no fue hasta el pleno del viernes que recibieron la luz verde para la licencia de obra.
Mahou, que tiene 127 años y es una empresa indisolublemente ligada a la Marca Madrid, tendrá su espacio. El espacio, dicho sea de paso, será multidisciplinar y en el recinto se recogerán actividades informativas, divulgativas y culturales. Además de gastronómicas: el museo tendrá un espacio gastronómico sin salida a la calle. Es decir, será necesario entrar en el museo para poder disfrutar del espacio.