Un barco pirata en medio de un mar de asfalto. Esta podría ser una forma de definir Mary Read, la librería LGBTQ+ transfeminista que ha abierto recientemente en Marqués de Toca, 3. Al timón Ana Murillo y Óscar Romero, responsables de este proyecto que empezó con un «Tengo una idea», un whisky y una importante reflexión a raíz de la pandemia.
Como a tantas otras personas, el confinamiento les hizo replantearse la forma en que estaban viviendo su vida: «Nos dimos cuenta de que queríamos trabajar en algo en lo que sintiéramos que realmente podíamos aportar. Ana lo define muy bien, habla de elegir un poco la propia esclavitud. Es muy difícil salirse de la rueda capitalista y sería cínico por nuestra parte decir que no formamos parte de ella, porque estamos vendiendo libros, no los regalamos, pero tiene que ver con la idea de decidir cómo te relacionas tú con esa manera de estar en el mundo«, cuenta Óscar.
«Ambos junto a Sandra, mi pareja y editora de Continta me tienes, encendimos la chispa de lo que podía llegar a ser esto. Era un proyecto muy soñado y muy imaginado, y en plena pandemia supuso una decisión muy consciente de hacer un cambio de vida, de tomar las riendas. Ahí es donde empezamos a hablarlo, empezamos la búsqueda del local y acabó en esto. Bueno, empezó. Este es el inicio«, matiza Ana.
A la pregunta de por qué Mary Read, nos cuentan que una de las patas fundamentales del proyecto es que fuese transfeminista, y más en un momento como este, en el que están proliferando discursos de odio especialmente contra las personas de este colectivo. Un compromiso que queda reflejado en su lema: «Frente a su odio, nuestras lecturas».
La figura de Read, que ejerció la piratería durante su edad de oro y socializó como hombre bajo el nombre de Mark durante gran parte de su vida, viviendo al margen de las convenciones de la «cistoria», es reivindicada hoy por muchas personas LGBT. «Es una figura absolutamente queer, y además se apellida Read (como «leer» en castellano). Lo tenía todo», añade Óscar.
La importancia de la representación
Aunque su relación con el mundo editorial es reciente, a raíz de querer abrir la librería, las propietarias de este nuevo espacio han estado vinculadas emocionalmente a los libros desde siempre. «El otro día leyendo uno de los libros que tenemos aquí, La Herencia de Mathew López, estaba pensando que tanto Óscar (38) como yo (44) tuvimos unas infancias y unas adolescencias sin referentes de ningún tipo. Creíamos encontrarlos entre líneas de libros que tú sentías que te estaban hablando«, comenta Ana.
Por eso para ellas es fundamental que el catálogo cubra las necesidades de la comunidad LGBT en cada momento y haga explícito lo velado, una voluntad que se puede rastrear por las estanterías: infancias, teorías queer, modelos relacionales, violencias patriarcales, genealogía trans, ciberfeminismos, antirracismos o cuerpos e identidades son algunas de las secciones que se pueden encontrar en su catálogo. «No es que cambie vidas, es que las salva. Yo no pude ser yo hasta que tuve prácticamente 18 o 19 años. Y no pude decirle al chico del que estaba enamorado en 2º de EGB que estaba enamorado de él mientras todos los demás podían hacerlo«, recuerda Óscar.
Un espacio para todxs
De momento, el balance que hacen desde que se instalaron en el barrio de Lavapiés es muy positivo. «Este barrio ha sido un barrio fundamentalmente queer. Nos acogió cuando a todas las maricas, trans y bolleras nos echaron de Chueca porque no podíamos seguir pagando. Algunas vecinas se han acercado a contarnos que antes, hacia el año 1946, este local era un ultramarinos, y que les alegra que lo que haya abierto sea una librería», cuenta Ana.
Para ellas el mayor éxito, además de la acogida, es que se sepa desde tan pronto que este es un espacio seguro para toda la comunidad LGBTQ. «Abrir un proyecto así con la pretensión de que sea un espacio seguro no es algo que decidas tú, es algo que decide y hace la gente. Son las personas que vienen las que lo están construyendo, y eso es muy bonito«. Y es que han sido muchos los autores y autoras que han querido pasar por aquí para proponer talleres, charlas, actividades, firmas o a dejar sus libros.
Esto es algo que comprobamos in situ: aunque al principio creíamos que se trataba de una clienta más, descubrimos que Andrea Galaxina, acompañada de su amiga Ana, es precisamente una de las autoras que ha elegido Mary Read como hogar temporal para sus fanzines, antes de que caigan en manos de un futuro lector o lectora. «Nos enteramos por redes de la apertura y teníamos muchas ganas de venir. Siempre es una buena noticia que abran espacios como este«, comentan. En palabras de Ana y Óscar: «No sabemos si faltan, pero estamos seguras de que nunca sobran«.