El lunes los trabajadores no esenciales vuelven a sus puestos. El estado de alarma se ha prorrogado hasta el 26 de abril, pero ya ha caducado la restricción que obligaba a todos los trabajadores que no ejercen actividades de primera necesidad a permanecer en casa durante las últimas dos semanas.
La vuelta al trabajo ha motivado que el Gobierno organice el reparto gratuito de mascarillas desechables en el metro, el autobús, el tren de cercanías y otros puntos donde sea complicado respetar la distancia de seguridad. Los trabajadores que se desplacen en transporte público recibirán su mascarilla desde este mismo lunes. No será necesario llevarla si se viaja en vehículo privado, andando o en bicicleta.
Las mascarillas no serán obligatorias, pero su uso será preferente en medios de transporte, determinados centros de trabajo y en lugares donde es habitual que se produzcan aglomeraciones. Las caretas solo podrán utilizarse una vez y serán de un nuevo tipo llamado «de barrera o higiénicas» que el Gobierno fabricará de forma masiva.
Salvador Illa, Ministro de Sanidad, ha matizado que llevar protección facial no exime de cumplir con otros requisitos de seguridad, como lavarse las manos con frecuencia, limitar el uso de las filas de asientos a un solo pasajero y mantener uno o dos metros de separación entre personas.
El reparto de mascarillas a partir del lunes tiene por objetivo evitar los contagios por parte de personas asintómaticas, una decisión que se ha tomado después de que el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades recomendara generalizar las caretas entre toda la población.
El Ministerio de Sanidad está elaborando una guía que recoge esta y otras medidas sanitarias pensadas para frenar la propagación del coronavirus. Como ya anunció Illa, las mascarillas serán necesarias para salir a la calle cuando termine el confinamiento. El Gobierno trabaja ahora en asegurar el abastecimiento de este producto e intervendrá la industria para evitar abusos en los precios.
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