Con tan solo 14 años Matilde de Urrutia abrió en 1943, con cinco oficiales de zapatería a su cargo, una tienda que se dedicaba exclusivamente a la compostura y a coger puntos de medias. Sin embargo, su destino cambió cuando una mujer se presentó en su tienda y le pidió el favor de remendarle unas puntas de ballet. En España no había ningún lugar en el que vendieran estas zapatillas y se podían pedir a Francia, pero tardarían muchos días. Matilde no puso ninguna traba y aceptó el encargo, forjando así un nombre que décadas más tarde se convertiría en el referente madrileño por excelencia en la venta de traje y calzado para danza: Maty.
Han pasado más de 65 años y ha llovido mucho desde aquel encargo. En la actualidad, Maty tiene dos tiendas en los alrededores de la Puerta del Sol y no solo vende zapatillas de ballet, sino que sus locales están repletos de tutús, trajes de faralaes, peinetas y otros complementos para teatro, danza clásica o flamenco.
Es irónico que en sus inicios Maty tuviera problemas cuando decidió poner el sello de la marca en la suela de las zapatillas que distribuían por todo el mundo. ¿El motivo? Los distribuidores no querían una marca española porque las de fuera tenían más prestigio. Incluso hubo un momento en el que Maty llegó a tirar todo un cargamento de zapatillas, pero finalmente no se dio por vencida y ese coraje se recompensó en el año 2011 con la Medalla de Oro al Mérito del Trabajo.
Con el paso del tiempo Maty ha ampliado su catálogo hasta un punto en el que venden disfraces, por lo que no te extrañes si en Carnaval o Halloween quieres comprar algo en la tienda y hay colas kilométricas de espera.
Como si se tratase del mismísimo Don Vito Corleone, todos hemos acudido a Maty buscando algo que no hayamos podido encontrar en ningún rincón de Madrid y siempre ha conseguido darnos lo que necesitábamos.
No sabemos si el día de mañana la historia de Maty se convertirá en una novela al estilo de El tiempo entre costuras, pero de lo que sí estamos seguros es que por muchos años que pasen, los madrileños nunca olvidaremos su nombre.
Fuente de la imagen de portada: Panoramio
Fuente de la información: El País