Normalmente, para responder con certeza a cuándo es mejor visitar Madrid habría que hacer otra pregunta: ¿qué es lo que quieres visitar? Si tu interés principal son los museos, cualquier época del año es buena, de hecho en agosto, cuando más calor hace, sirven como refugio de las altas temperaturas y es cuando menos gente visita la ciudad. Y sí, puede que andar por la calle a más de 35 °C no sea ni lo más apetecible ni lo más recomendable, pero a partir de mediados de mes, con la verbena de la Virgen de la Paloma alegrando las calles, la temperatura empieza a dar algún respiro y la ciudad sigue vacía.
Siguiendo con el extremo térmico, como lugar de secano, en Madrid el invierno es frío, pero también tiene su especial atractivo. Entre diciembre y enero las luces y los mercadillos navideños atraen a miles de visitantes que además aprovechan para hacer compras navideñas, ver las exposiciones temporales y musicales que hay en los teatros del centro. En los fines de semana que coinciden con festivos nacionales hay tantos turistas en las calles principales que se cierran por seguridad algunas estaciones de metro o se hacen de un solo sentido calles como Preciados.
La mejor época para visitar Madrid según los datos
Según los datos del Ministerio de Industria y Turismo, los visitantes no solo aumentan, sino que es donde más: “es la comunidad que más crece interanualmente en 2023, un 29,6%, hasta superar los 7,5 millones”. Aun así, la CAM recibe bastantes menos que Cataluña —18 millones— o Baleares —14 millones—.
Por su lógica climática, la mejor época para visitar Madrid es otoño y primavera. Y aunque la primavera con sus múltiples festivos (Semana Santa, Dos de Mayo y San Isidro), sus 20 °c y el Retiro en su máximo esplendor floral, Feria del libro mediante, pueda parecer lo más atractivo, según Statista el mes que más turistas recibió Madrid en 2022 fue en octubre.
El festivo nacional del 12 de octubre puede ser una de las razones que ayude a sumar visitantes, además de la vuelta a las clases de miles de universitarios, aunque no deberían contar como turistas. Otro evento que parece haberse instalado ya como una tradición es Halloween: los parques de atracciones se vuelcan con la temática y hay hasta campos de calabazas.
Así, con el tiempo templándose, la Gran Vía a reventar de paseantes, los restaurantes sin hueco en semanas y las terrazas completas, la gran paradoja madrileña se hace realidad: el otoño es su temporada alta.