Por mucho que hayamos oído cosas muy malas sobre la procedencia de los kebabs o lo mucho que engordan, lo único que hacemos es estar una temporada sin probarlos.
Puede que si algún día nos dicen de tomar alguno, la primera vez digamos que no, pero cuando olemos lo que se cuece en estos locales volvemos a caer. Pero puestos a engordar a lo salvaje, mejor hacerlo en un lugar donde sepan prepararlos bien.
Restaurante Yunie
Su shawarma lo prepara Georges, que fue chef de un restaurante libanés de lujo en Madrid. No es el típico kebab que te tomas a las 5 de la mañana. Este es casero y se nota en su carne (muy jugosa). Dejad sitio a su tabulé, porque está de lujo.
C/ Meléndez Valdés, 64
El Esquinazo
En el barrio de hortaleza podéis encontrar este kebab a lo castizo donde las verduras que acompañan a la carne son frescas de verdad. Sirven un durum bastante bien de tamaño y aunque su salsa de tomate es un tanto floja, la de picante lo recompensa.
C/ Costa del Sol, 22
The Kebab House
No os asustéis cuando lo veáis desde fuera. El local es viejo y muy cutre y su dueño (la única persona que trabaja ahí) no ayuda con su humor, pero todo cambia cuando pruebas su kebab (lo tenéis en versión doble por si os quedáis con hambre) con carne de calidad y pan de pita tostado. No busquéis acompañarlo con patatas, porque solo hay kebabs.
C/ Meléndez Valdés, 67
Kebapchi Jalo
La decoración parece sacada de una película (cutre y hortera) de mafiosos de los 60, pero su kebab de ternera no tiene nada que ver con el aspecto del local. Se nota que la carne es de “la carnicería del barrio” y las especias se notan más que en otros kebabs.
C/ Ave María, 39
Lazika Fast Food
Recomendamos su kebab de carne mixta con verdura fresca. Su mezcla de salsas es bastante suavita, incluso la picante, por lo que es apta para los que no lo aguantan.
C/ Alcalá, 365