Madrid se acerca un poco más a ser una ciudad más limpia de emisiones con este tipo de intervenciones.
El Metro de Madrid instalará durante las próximas semanas un plan de «celdas reversibles». Se trata de un sistema que permite recuperar la energía que desprenden los metros al frenar para volver a utilizarla.
Esta técnica ya ha sido probada en la estación de Campo de las Naciones y su resultado exitoso ha sido el que ha llevado a implantar esta forma de energía en la red de Metro.
Estas celdas permitirán capturar, transformar y suministrar la electricidad en el formato necesario y tendrá un coste de 1,2 millones de euros según ha informado la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructuras a 20 minutos, pero se amortizará en seis años. Esto se debe a que se ahorrará la cantidad de luz equivalente al consumo de mil casas durante un años (unos 650 MWh anuales por subestación).
Con este nuevo método, la energía obtenida se podrá utilizar en cualquier punto que la necesite a diferencia de como sucedía hasta ahora, ya que este combustible solo se podía transmitir a otro tren que estuviera cerca y acelerando. Eso significa que ahora se podrá alimentar diferentes fuentes, como las luces, los ventiladores, la tracción de otro tren, o las escaleras y ascensores.
La primera instalación se realizará en la la Moraleja (en la línea 10B) y se espera que funcione a comienzos de 2019. Tras ella, se instalarán las celdas reversibles en el Barrio del Puerto (línea 7B), La Peseta (línea 11) y Hospital de Móstoles (línea 12).
De esta forma, Metro de Madrid no solo busca reducir las emiciones de Co2, sino que también quiere mejorar el confort de los usuarios.