Es difícil no detenerse a mirar el escaparate de la calle Cea Bermúdez 66. Desde hace apenas dos semanas acoge la floristería Mon Parnasse, que ha venido decidida a poner un poco de color a la vida de sus clientes. Y de momento parece que lo está consiguiendo: desde que abrió sus puertas han volado no solo las rosas que pusieron en promoción, sino también otras variedades como las peonías o los liliums que, nos comentan, son las variedades que más han arrasado.
El interior del establecimiento no es menos espectacular que el exterior: unas paredes empapeladas en papel cielo, un auténtico jardín y el aroma de las flores reciben a quienes se animan a entrar al local. Los espejos, distribuidos por toda la sala, aumentan la sensación de estar inmerso en plena naturaleza. Solo estar allí ya es una experiencia.
«Lo que diferencia a Mon Parnasse de otras floristerías es que quiere cambiar la cultura de las flores. Quiere hacerla accesible y acercarla a todo el mundo», nos cuenta uno de los floristas mientras envuelve un ramo para una clienta.
Mon Parnasse ha abierto recientemente su segunda tienda en Madrid, en la Avenida del Doctor Arce 32, y en breves espera abrir nuevos locales en Holanda y Suiza.