El azul eléctrico es tendencia en el subsuelo de Madrid. Los trabajadores del metro cambian de uniforme tras 26 años luciendo el mismo look: un conjunto de color granate obsoleto y que poco tenía que ver con la imagen corporativa del suburbano.
La nueva vestimenta del personal está en sintonía con la empresa y con los tiempos que corren. Ha vuelto el azul original establecido hace 100 años, más vibrante que nunca, con detalles rojos que recuerdan al logo del metro madrileño y que facilitan la visibilidad de los empleados, para que sea fácil localizarlos entre cientos de viajeros.
El interior del anorak cuenta con un bolsillo especial para tablets, y al cuello va anudada una corbata para evitar agresiones: la prenda es «antiatrapamiento», y está provista de un nudo fijo y una goma elástica que permite quitársela rápidamente en caso de necesidad. Los pantalones térmicos y los guantes táctiles también se han incorporado al vestuario del personal.
Algunos empleados se han mostrado satisfechos con el uniforme y lo han calificado de moderno, cómodo y bien visible. Además, las mujeres de la plantilla pueden decidir entre falda y pantalón, una posibilidad a la que tienen derecho desde los años 80.
Cuando el metro empezó a surcar las entrañas de la capital, hace ya un siglo, las mujeres llevaban un largo vestido y los hombres un traje de corte militar, con gorra y galones incluidos. En la década de 1960 trabajadoras y trabajadores vestían un traje tipo sastre, y el último gran cambio sucedió en los años 90, momento en que se optó por el color granate. Aquí puedes ver fotos de la evolución de los uniformes de Metro de Madrid a lo largo de su historia.
El nuevo modelo de vestimenta ha corrido a cargo de la diseñadora Raquel Galán Martínez, y el presupuesto del proyecto es de 2,2 millones de euros, una cantidad que incluye una segunda dotación de prendas que se repartirán a partir de 2022.
Fotos: Metro de Madrid | Foto de portada: Shutterstock