Si te gustó la primera parte, pero echaste de menos tu barrio, la segunda no te va a dejar indiferente. Porque sentirse orgulloso de pertenecer a él es mejor si puedes demostrar que hasta escriben sobre tu barriada en internet. Si no crees que en el bar de debajo de tu casa te puedes encontrar personas tan dispares como a Paquita, vestida con el uniforme de la peluquería y pidiendo una caña y a Fran (Francisca, en honor de su abuela) con el pelo azul, es que no eres de barrio.
Ciu es el barrio ideal para beber fuera del local. Es el mejor lugar de Moncloa para quien busque la solución en un buen botellón tras exámenes sin solución. Está repleto de colegios mayores para que te enamores. Ciudad Universitaria, el mejor lugar después de las fiestas de secundaria. Pero si lo que quieres es pasar una noche de reyes, ve a los bajos de Argüelles.
Si crees que Lavapiés es el único barrio multicultural es que no has visto a los vecinos de Cuatro Caminos. Caminar por Bravo Murillo significa adentrarse en la República Dominicana sin alejarse de la Castellana. En su mercado de las Maravillas lo mismo encuentras a una señora comprando tomates murcianos que a un viejo fumando habanos.
Quién nace en Chamberí puede decir que es madrileño de pura cepa, y además, los del barrio de Vallehermoso pueden presumir de cuerpo hermoso con su piscina y su campo de golf. Aunque los que prefieren cultivar la mente no dejan que nadie les cuente el final del último teatro de Canal, pero las fiestas del Carmen unen a coolturetas y deportistas para bailar en la verbena hasta el tema de la Macarena.
Quién vive en Chamartín no tiene que pegarse el madrugón para ir a la otra estación. Aquí los niños no tienen que fantasear con jugar en el Bernabéu, patear el balón a sus pies es posible y si vives por El Viso, al Pequeño Nicolás recordarás y con él un selfie te harás.