
El restaurante Jin Gu, en el número 37 de la calle Perpetua Díaz, Usera, llevaba años acumulando buenas críticas en Google. Comida «auténtica», «platos enormes» y «precios justos» eran los términos más repetidos. Hasta que la situación cambió por completo.
El pasado 25 de marzo, agentes de la Policía Municipal de Madrid, tras recibir numerosas denuncias, realizaron una inspección al establecimiento, según informa Luis F. Durán en un artículo de El Mundo. Lo que encontraron: 300 kilos de comida podrida, carne colgando de tendederos, trampas para ratas con carne descompuesta como cebo, cucarachas y palomas domésticas desplumadas listas para ser servidas como pato laqueado. También había sartenes oxidadas y un improvisado extractor hecho con un vaso de plástico.
Delito contra la salud pública y opiniones
Mientras las autoridades acusan al propietario de un delito contra la salud pública y otro contra la fauna y la flora, hay otra cara de las reseñas del local en Google adquieren ahora un cariz casi profético.
Algunos clientes ya habían dejado constancia de lo que otros pasaron por alto entre platos humeantes y salsa de soja: “Mal, mal y muy mal. Local sucio y desordenado y la comida infumable. Nunca volveremos”, advertía un usuario. Otro cliente relataba una experiencia aún menos glamurosa: “El suelo sucio, cocina horrible, como ver un vertedero ahí y después comer la comida y pensar de dónde viene eso”.