
La Casa de Campo de Madrid esconde un tesoro que muchos madrileños no conocen, un edifico que llegó a Madrid en 1959 tras haber ganado el primer premio de la Exposición Universal de Bruselas en 1958. Años después de este logro, este espacio quedó en el olvido y fue abandonado, nos estamos refiriendo al Pabellón de los Hexágonos.
Esta maravilla arquitectónica fue diseñada por dos arquitectos, José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún, los cuales representaron a España en esta exposición. Esta pareja de arquitectos no solo ganó el primer premio, sino que su obra quedó por delante de edificios como el famoso Atomium de Bruselas o el Pabellón Philips de Xenakis.
Las dos condiciones que estableció el concurso fueron: respetar el arbolado existente y que el pabellón fuese desmontable. Por ello, el pabellón pudo ser trasladado en 1959 a la Casa de Campo de Madrid. El diseño del pabellón estaba basado en módulos hexagonales con forma de paraguas invertidos que permitían que el edificio se adaptase a cualquier terreno. Al ser trasladado de Bruselas a Madrid el edifico cobró otra forma adaptándose al nuevo terreno y respetando el arbolado.
La nueva vida del Pabellón de los Hexágonos
El Pabellón de los Hexágonos acogió las Ferias del Campo, entre 1950 y 1975. Este edificio ha estado prácticamente abandonado hasta el 2019, cuando comenzaron con la remodelación del espacio. El presupuesto de la reforma es de 1,3 millones de euros, y se ha recuperado y musealizado unos 850 metros cuadrados de los más de 3000 que hay disponibles. Los plazos de la reforma han sufrido retrasos debido a la pandemia, pero ahora este «bosque de paraguas» es un nuevo museo de arte contemporáneo.
Desde el 4 de marzo de 2025 el Pabellón está abierto al público. La Fundación Sandretto Re Rebaudengo Madrid, en colaboración con el Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, han sido los encargados de reabrir este espacio expositivo en la capital.