Esa casa etérea de muros transparentes donde la luz del Retiro revolotea a sus anchas no es única en el mundo, ni tampoco lo es en Madrid. La capital tiene otro Palacio de Cristal casi secreto en cuyas paredes no rebota el flash de los turistas día sí, día también. A diferencia de su mellizo, esta construcción desvía la mirada hacia dentro: 9.000 especies de plantas de todo el mundo residen aquí de forma permanente. Este invernadero estuvo cerrado por culpa de los destrozos causados por Filomena hasta este mismo miércoles y los madrileños ya lo podemos visitar.
De almacén de patatas a invernadero tropical
El Palacio de Cristal de la Arganzuela (Paseo de la Chopera, 10) no fue concebido para una función tan digna. Ni siquiera su nombre hacía justicia a su belleza. Todavía hoy algunos madrileños lo llaman «Nave de Patatas», porque se construyó precisamente como almacén de hortalizas anexo al Matadero municipal en 1940.
A la instalación patatera le pasó lo que al Matadero en su conjunto: a lo largo del siglo XX fue perdiendo su propósito original. El Matadero es hoy uno de los complejos culturales más importantes de Madrid, y a la Nave de Patatas le tocó el turno de renovarse en 1992. Ese año fue rebautizada como Palacio de Cristal de la Arganzuela e inició una vida diferente.
Junto al título recién estrenado, el edificio acristalado recibió su nueva misión. Sería desde entonces un magnífico invernadero para miles de formas vegetales. La remodelación de la vieja nave mantuvo la estructura original, pero su diseño basado en los grandes invernaderos de Londres y Viena propulsó a Madrid hasta la cima de la arquitectura industrial europea.
El Palacio de Cristal de la Arganzuela nunca olvidó sus comienzos: los tejados están coronados por cabezas de reses, un guiño a ese almacén de patatas de los años 40.
Cuatro microclimas en un solo palacio
La reforma del Palacio de Cristal de la Arganzuela conservó muchos elementos originales de la Nave de Patatas. Los patios, los corrales y los pasillos por donde se conducía al ganado se respetaron y se adaptaron a las necesidades del invernadero.
El Palacio ocupa 7.100 metros cuadrados que se han acondicionado para mantener cuatro biotopos diferenciados, cada uno las condiciones climáticas que requieren sus 9.000 inquilinas verdes.
En el mismo espacio conviven dos zonas subtropicales, una subtropical y otra desértica. La humedad de estas áreas se adhiere a la piel, pero la vegetación exuberante, las cascadas, las fuentes y el estaque de peces africanos merecen sudar un poco más de la cuenta. El desierto del invernadero es, como es lógico, donde más cómodos se encuentran los cactus y las plantas suculentas.
Cómo visitar el Palacio de Cristal de la Arganzuela
El Palacio de Cristal de la Arganzuela no merece quedarse a la sombra del Palacio del parque del Retiro. Es una buena idea aprovechar una visita al Matadero para pasarse a conocerlo. Además, está abierto y la entrada es gratuita durante todo el año.
Se sitúa en las inmediaciones de Madrid Río y se puede acceder desde el número 10 del Paseo de la Chopera. Para llegar hasta allí se puede ir en metro (Legazpi, líneas 3 y 6), tren de cercanías (Delicias) o autobús (6, 18, 19, 45, 47, 59, 62, 76, 78, 86, 148, 247).
En invierno (del 16 de septiembre al 14 de junio) abre de martes a viernes de 9:00 a 15:00 h y sábados, domingos y festivos de 10:00 a 14:00 h. En verano (del 15 de junio al 15 de septiembre) se puede entrar de martes a viernes de 9:00 a 14:00 h y sábados, domingos y festivos de 10:00 a 14:00 h.
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