Como si dos de tus artistas favoritos anunciasen canción juntos. Así se siente que Javier Marca, el nombre detrás de Panic –una de las mejores panaderías de Madrid– y el equipo de Rapaz –casa de comidas de la que ya os hablábamos muy bien en esta reseña– hayan anunciado una colaboración. Buenas noticias para los amantes del buen comer que se traducen en la oportunidad de probar unas sopas de ajo en auténtico pocillo de barro de Pereruela.
Esta cita gastronómica tan especial, de las que merece la pena marcar en el calendario, tendrá lugar el próximo 28 de febrero a las 13h hasta agotar existencias (se servirán first-come-first-serve entre 100 y 120 raciones). Las sopas de ajo, aunque cocinadas por Txitxo, de Rapaz, no se servirán sobre las mesas de su puesto en el Mercado de los Mostenses: será la tienda de Panic en Conde Duque, 13 la que acogerá el evento.
El local, claro, no es lo único que aportará Panic: su pan será con el que se elabore este plato de cuchara: «el mismo que os metéis entre pecho y espalda arrebañando platos» en las visitas a su casa de comidas, apostillan desde Rapaz. En otras palabras: es el pan que siempre usan en su local.
Una receta para recuperar las tradiciones del norte
El espíritu de Rapaz, nos cuenta Rita, miembro del equipo, está íntimamente ligado a sus recetarios personales y familiares: «Gran parte de los platos que se comen en nuestro local son sacados del recetario familiar de nuestras madres o abuelas».
Por eso, las sopas de ajo seguirán al pie de la letra la receta de la madre de Txitxo, a base de pan, ajo, manteca de cerdo ahumada, aceite, sal, agua y pimentón. Para terminar de honrar las tradiciones de su tierra, el plato se servirá en el pocillo de cerámica de Pereruela, la clásica vajilla de barro zamorana, que te podrás llevar a casa.
«Los tres socios de Rapaz, siendo cazurros del norte, venimos de tradición de sopa de ajo en el pueblo donde te las ponían para desayunar, comer, y cenar si te despistabas. Imagen mítica del pueblo en verano es la de los paisanos con la silla empantanada fuera en la calle, literal desayunando las sopas en la escudilla de barro. Pues eso es lo que pretendemos traer a Conde Duque», resume Rita.