Bien pensado, es como ir a comer a casa de tu abuela. La comida es tradicionalmente española, la vajilla es de Duralex, solo vas los fines de semana, mantel de cuadros y el menú cambia cada vez que vas –salvo que vayas más de una vez al mes.
Rapaz abrió en octubre y muy poca gente puede decir que haya ido a probarlo. Y aun así es una de las aperturas de la temporada. ¿Que cómo es esto posible? Porque Rapaz (Mercado de los Mostenses) solo abre viernes y sábado al mediodía. Apenas doce comensales, un espacio reducido como el salón de la casa de tu abuela, menú de 35€ y para casa tan contento como si te hubieran dado la propina.
Qué se come en Rapaz
Ni otra puta tortilla de Betanzos ni la ensaladilla rusa de tu madre, así define Txitxo (una de las cabezas pensantes detrás de Rapaz) su nuevo proyecto –el viejo proyecto y también el actual es Kitchen 154, uno de nuestros restaurantes favoritos de Madrid. El caso es que esta definición de Rapaz iba precedida de “un sitio de comida española”.
Así pues, Rapaz es una casa de comidas. O al menos esa definición le va bien porque parece una casa y da comidas. Comida española, pero no la santa trinidad de croqueta, paella y tortilla. Yo vengo de probar el menú de diciembre y más específicamente un consomé de rabo de toro al jerez (con foie), un faisán relleno con salsa demiglace y patatas fritas en grasa de vaca, un par de kokotxas de bacalao o un par de mejillones tigre.
El menú se renueva en función de los productos de temporada y su Instagram da cuenta de ello: del histórico y de lo que se viene. Ahora con el invierno de enero con suerte podrás probar huevos de corral rellenos, alcachofas con marisco, patatas guisadas con pulpo, pato en pepitoria y canutillos de crema pastelera con castañas en almíbar por apenas 35€. Y digo con suerte porque es lo que necesitarás si quieres reservar.
Abren las reservas a mediados del mes anterior conque conviene estar al tanto de lo que va a pasar en su Instagram. También anuncian en su cuenta si se les cae una reserva a última hora. Pero si reservan, no sean ese tipo de gente que no va o que lo avisa a última hora. Primero, porque se arrepentirán, y segundo, porque solo dan 24 comidas a la semana y una ausencia de última hora bien les hace un roto.
Rapaz alcanza la sencillez en la excelencia o la excelencia en la sencillez, que es casi lo mejor que se puede decir de un restaurante. Y lo hace a precio de bicoca.