Nadie puede sustituir una buena sopa casera (más aún si está hecha por tu abuela), pero en Madrid se sirven buenos platos de cuchara, y de hecho son traición local. Los callos y el cocido. No los hay mejores, pero además en la capital van haciendo hueco otros sabores que son bien recibidos: el ramen, el miso y otros guisos de todas partes del mundo triunfan entre el público joven.
Los guisos de Sr Pepe
Que la percepción de plato de cuchara tradicional no salga del combo formado por legumbre y chorizo es un problema que José Carlos Fuentes (pupilo de Carme Ruscalleda) ha venido a cambiar.
Sr Pepe es una exaltación de la comida tradicional española que fruto del conocimiento de los fogones y del eclecticismo aplica cambios rara vez vistos a una carta que vanagloria el plato de cuchara. Garbanzos de rabo de toro relleno de foie-gras. Ahí es nada.
Ubicación: calle de Castelló, 1
Yokaloka (ramen)
La carta de presentación es la siguiente: el ramen que enamoró a Isabel Coixet. Es difícil definir si es el mejor ramen de Madrid, pero sí está claro que es uno de nuestros favoritos. Con un caldo de sabor intenso, las opciones de Yokaloka son también veganas (como el que está hecho con vinagre, salsa de soja y tofu mezclado con pasta de miso picante), pero nuestro favorito es el Tonkotsu Kimchi Ramen.
Ahora, además de en su clásico local ubicado en el Mercado de Antón Martín, también puedes probarlo a apenas unos metros de él.
Ubicación: calle de Matute, 7 (centro) y Mercado de Antón Martín (centro)
YGF Malatang
YGF Malatang, situado en ese pequeño Chinatown que está detrás de plaza de España, ofrece una experiencia única de «hot pot individual» que ha ganado popularidad en Madrid.
Inspirado en los miles de locales similares en China, este restaurante funciona de manera similar a un self-service: los comensales eligen sus propios ingredientes de una amplia nevera, que incluye desde verduras y algas hasta carnes exóticas como ancas de rana, y luego los combinan con uno de los caldos disponibles.
Tras pesar los ingredientes. se cocina una sopa personalizada, con un precio final entre 10 y 15€, ideal para explorar nuevos sabores.
Ubicación:
Sopa de ajo de Casa Botín
Casa Botín es el restaurante más antiguo del mundo. Está en un edificio construido a mediados del siglo XVI y lleva funcionando desde 1725, cuando el sobrino del cocinero francés Jean Botín decidió abrir la posada.
Aunque todos los platos que salen de su antiquísima cocina son excelentes, uno de los más apetecibles que tiene para deleitarnos durante los meses de frío es la Sopa de Ajo con Huevo y Jamón, llena de nutrientes que ayudan a entrar en calor.
Ubicación: Cuchilleros, 17 (centro)
Cocido en La Rayúa
La familia Verdasco lleva más de siete generaciones ofreciendo lo mejor de la gastronomía castellana a sus comensales. Empezó en el mundo de la hostelería con La Bola, un restaurante especializado en cocido madrileño que lleva en la capital desde finales del siglo XIX. En 2014, la familia abrió un nuevo local en Majadahonda bajo el nombre La Rayúa, marca que ha llegado también a una callecita detrás de Gran Vía.
La Rayúa prepara un enorme cocido tradicional por un precio bastante asequible: 22,50€. Tenemos la opción de pedir solamente la sopa o sus riquísimos garbanzos fritos aparte, aunque lo más recomendable es pedir el cocido completo.
Ubicación: calle de la Luna, 3 (centro)
Callos a la madrileña en Revoltosa
En el Parque de Berlín encontramos una preciosa terraza alejada del tráfico. Es la de Revoltosa, uno de los restaurantes más gatos de la capital. Allí preparan unos excelentes callos a la madrileña inspirados en la receta más antigua de este potente plato de cuchara. La casa recomienda acompañarlo con una copa de vino tinto.
Ubicación: Príncipe de Vergara, 210 (Concha Espina)
La sopa coreana del restaurante Miso
Este restaurante lo lleva un matrimonio coreano especialmente amable y cariñoso, en el que además sirven un bulgogi (una especie de tacos coreanos, pero la lechuga hace de tortilla) tradicional, muy completo. Pero en su menú del día (12 €) sirven para empezar (y sin elección) la sopa tradicional coreana, que tiene muchas similitudes con la miso japonesa, es un caldo contundente con diversas verduras y algunas veces tofu. Como suele explicar con entusiasmo la dueña, esto se toma a diario en las comidas coreanas, casi como un aperitivo, que encaja muy bien en los inviernos madrileños.
Ubicación: Calle de Santa Casilda, 1 (Arganzuela)
Consomé del Lhardy
Lhardy además de ser uno de los primeros restaurantes de Madrid (concebido como tal, a la manera francesa), es una institución de la gastronomía local. Su cocido madrileño es de los mejores de la ciudad, pero si no quieres sentarte en sus salones isabelinos a tomar los tres vuelcos, durante los meses más fríos venden consomé en su pastelería a pie de calle. Una exquisitez sencilla, con la que ningún fast food puede competir.
Ubicación: Cra de S. Jerónimo, 8 (Centro)
Laksa clásica de la abuela, de Asian Army
Que lo consideremos uno de los mejores asiáticos de Madrid y que distingan esta sopa en su carta como plato estrella son solo dos de las señales luminosas que indican que tu mejor aliada en esta cantina será una cuchara.
La laksa es una sopa picante de fideos a base de gambas y coco, popular en el sudeste asiático, y aquí la preparan con fideos de arroz, albóndigas pescado, puff tofu, brotes de soja, hierbas asiáticas y langostinos, siguiendo una receta de la abuela de Issy, la cocinera. Imposible no salir con el estómago contento.
Ubicación: Mercado de Antón Martín (calle de Santa Isabel, 5)
Este artículo está escrito por Helena Menéndez, Alberto del Castillo, Isabel Nieto y Elena Francés