La mente ociosa y todo el tiempo del mundo por delante. Con ese contexto, el primer confinamiento sirvió de escenario de pruebas para una buena cantidad de proyectos gastronómicos. Algunos de ellos entendieron que abrir físicamente era un paso firme sin grises: triunfar o fracasar. Pero había un paso intermedio: el delivery.
La premisa tiene todo el sentido del mundo: “si nos funciona el delivery, abrimos un restaurante”.
Esa era la idea de Pizza Natura y gracias al éxito cosechado en el mercado a domicilio, ahora podemos disfrutar de un restaurante físico muy cerca del Congreso de los Diputados.
El éxito del restaurante se intuye si se conoce la propuesta y se entiende si se prueba. La propuesta es eliminar el gluten de sus metros cuadrados –no hay, ni siquiera, cerveza con gluten– y hacerlo principalmente de las pizzas. Para ello: pizzas con base de maíz y quinoa.
Es posible que ni siquiera el paladar más avezado en pizzas detectase que la harina usada no es de trigo. Uno repara en la diferencia con respecto a la pizza canónica por motivos como la ligereza antes que por el sabor. La sensación física al comerse una pizza entera es de liviandad y no de hartazgo.
De alguna forma, la idea que vertebra Pizza Natura es la de crear el reverso sano de alimentos tradicionalmente relegados a la categoría de fast food. La misma masa de las pizzas también se usa para hacer los tacos. Y el resultado, igual que en el caso de los postres, es excelente.
Calle de Jovellanos, 6.
Alrededor de 20€ por persona.
Más información en su Instagram.