Pongamos por caso que pudieras subir a un escenario gigante y pulular por él durante un concierto. En tal escenario, los grupos sinfónicos se distribuirían en tríos y tú podrías acercarte a cada uno de ellos y vivir el concierto con la narrativa que a ti más te interesara. La idea suena tan loca y apetecible que su ejecución podría resultar quimérica. Nada más lejos de la realidad: dentro de dos fines de semana eso mismo es lo que va a ocurrir en Madrid.
El concepto tiene nombre (Proyecto Orquesta Dispersa) y padres: el colectivo artístico mmmm…, que son un grupo madrileño que se dedica a crear proyectos de arte público en todo el mundo. Este proyecto concreto, el de Orquesta Dispersa, ya ha sido probado en otras ciudades (Vitoria, Cáceres y Washington) y su éxito ha sido incontestable.
Los músicos que integran este innovador concierto pertenecen a la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Profesional de Música Amaniel y su forma de organización es tan clara que casi parece castrense. Los intérpretes se agrupan de tres en tres: uno hace la melodía, otro el bajo continuo y otro el contracanto o la línea melódica secundaria.
Lo más curioso del asunto es que la dispersión no genera anarquía: los músicos están conectados y sincronizados a través de un sistema de radio. Con lo cual, todos los miembros de la orquesta interpretarán las tres piezas previstas (el primer movimiento de la ‘Sinfonia nº40’ de Mozart, la obertura ‘Egmont’ de Beethoven y el ‘Vals triste’ de Sibelius) en riguroso orden y comunión.
El evento, por llamarlo de alguna manera, durará cerca de dos horas y tendrá lugar el sábado 26 en el paseo de Federico García Lorca a partir de las 12h y el domingo 27 en la calle del Alcalde Sáinz de Baranda en el tramo de Fernán González a Máiquez a las 11h.
Foto: mmmm…