Portrait II es una pieza clave para el museo que ocultaba un secreto hasta ahora imperceptible.
Un cuadro de Joan Miró de 1938 llevaba dos años fuera de la vista de los visitantes. La razón es que estaba sometiéndose a una restauración reveladora que precisaba mucho cuidado para devolverle la vida a los colores de la obra.
Portrait II ha vuelto a la pared del Reina Sofía tras hacerse un nuevo descubrimiento: Miró firmó hasta tres veces con fechas distintas este trabajo, lo que indica que retomó su pintura en diferentes ocasiones (en los años 60 y los 70) y que la poseyó durante mucho tiempo.
Desde 2017 el cuadro ha estado a cargo del equipo de restauración del museo, que se ha esforzado en limpiarlo a fondo antes de volver a exponerlo.