Antes de la llegada de las conducciones de agua modernas y de que la actividad agrícola se sustituyera por la industrial, era frecuente encontrar en Madrid fuentes y lavaderos que abastecían de agua el territorio para uso doméstico, ganadero y agrícola. Con el tiempo quedaron en desuso e incluso se abandonaron, pero hoy vuelven a ser noticia.
El motivo han sido las obras en Vicálvaro para la construcción de un centro cultural y juvenil en la calle Titanio, que han tenido lugar sobre el solar en el que se encuentran los restos de la que se conoce como la fuente de San Pedro de Vicálvaro. Se cree que su construcción data del siglo XVI, y es una de las fuentes históricas de la ciudad junto a la de los Cinco Caños, la de San Juan y la de San Jorge.
Hasta hace algunas décadas esta fuente fue muy utilizada por los vecinos, y desde los 90 la asociación Vicus Albus trata de recuperarla: ya en 1994 llevaron a cabo una restauración de lo que quedaba de ella, gracias a los voluntarios del colegio Minerva. No obstante, la actividad urbanística de los años siguientes volvió a enterrarla.
El presidente de la asociación, Valentín González, cuenta a Madrid Secreto que este hallazgo no es casual, puesto que ya comunicaron al Ayuntamiento la existencia de dichos restos y su localización antes del inicio de las obras. La pretensión de Vicus Albus es que estos vestigios «se conserven y queden visibles para el público, en la medida de lo posible, como testimonio de nuestro pasado.» Esto podría estar cerca de ocurrir dado que el Ayuntamiento pretende elaborar una propuesta para conservar este hallazgo e integrarlo en el edificio. La iniciativa tendrá que remitirse a la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid.
Los restos (re)encontrados corresponden a la base de granito de la fuente. De momento no se han recuperado ni el frente ni el pilón de la estructura. En las proximidades se encuentra también un antiguo lavadero que, tristemente, no se podrá recuperar: su propio traslado supondría un peligro para la integridad de los restos encontrados.
Fotografía de portada: Vicus Albus