Nuestra seguidora Amelia Agea es una apasionada del patrimonio histórico de nuestro país y ha querido que veamos con los mismos ojos que ella este edificio tan emblemático, por lo que tenemos que darle las gracias por compartir su historia con nosotros:
Pasear por la Gran Vía es adentrarte en su historia y caminar por sus aceras es descubrir grandes edificios como es el Palacio de la Prensa. Posiblemente has pasado mil y una veces por este edificio y con las prisas, el agobio de la gente, o el ansia por coger el metro no te ha dejado observar una de las maravillas de la Gran Vía. ¡No te preocupes porque la próxima vez tus ojos no te lo permitirán!
¿Qué tiene de singular este inmueble? Te lo descubrimos ipso facto:
Se encuentra en el nº 46 de la Gran Vía y está junto a Callao. Es el único edificio que posee ladrillo de toda la avenida–posiblemente el arquitecto pensó en añadir más elementos decorativos pero no se ejecutaron-. Fue el más alto hasta la edificación de Telefónica, y se levantó casi en un tiempo récord: cuatro años (1924-1928) costando ¡ocho millones de pesetas! Un precio que ahora nos parece de ensueño.
El arquitecto Pedro Muguruza eligió un estilo neoclásico/ecléctico, inspirado en la arquitectura norteamericana ya que nos recuerda a ciertos edificios de Chicago como puede ser el Auditorio construido por Sullivan.
Alfonso XIII y su esposa Victoria Eugenia inauguraron el edificio en 1930, dotado de 58 metros de altura y 16 plantas. Durante su historia este edificio ha acogido redacciones de periódico, salas de cine, espectáculos, cafés, viviendas, teatros, sede de la serie humorística La Codorniz y en su torre compañías de teatro como La Barraca de F. García Lorca. Si te gusta el cine no te pierdas la oportunidad de visitar sus salas, que se encuentran en la planta baja. Es interesante saber que estas estancias tenían una capacidad para 2000 personas aproximadamente, y en la actualidad se ha reducido a tres salas multiusos con 987 butacas entre ellas.
¿Por qué es atrayente su historia? Porque este edificio ha sido declarado BIP (Bien de Interés Patrimonial), es decir, es una ley que garantiza la protección del edificio, así como sus valores arquitectónicos, artísticos e históricos, reconociendo que es uno de los edificios más importantes de la primera mitad del siglo XX en Madrid. Por lo tanto cualquier actuación debe ser comunicada y aprobada por la Dirección General de Patrimonio Cultural.
Y después de leer esto estamos seguros que cuando volvamos a pasear por Callao disfrutaremos de la historia del edificio, y si vamos con alguien podemos hacer de “culturetas” y quedar de sobresaliente.