Nuestro seguidor Julio Sandoval nos acerca al Madrid más histórico y desconocido con esta historia y nosotros solo podemos agradecerle que nos la haya descubierto y haya querido compartirla con nosotros. Esperamos que os guste tanto leerla como a nosotros:
Por todos es sabido que Madrid se convirtió en capital de España en 1561, durante el reinado de Felipe II, ya que en ella se estableció la residencia del monarca y con él la de toda la corte, así que, de esta manera podríamos considerar que donde reside el monarca y su consejo está la capital. Esto le ocurrió a la Villa entre 1382 y 1391, pero en este caso siendo capital de Armenia. Veamos por qué se convirtió en la capital de un reino a 4000 kilómetros de distancia.
Toda esta historia comienza en las costas de Cilicia, actual Turquía, donde tras el ataque de los selyúcidas a Armenia, junto al Cáucaso, se establecieron colonias de armenios que habían huido de su país y fundaron Armenia Minor o la Pequeña Armenia. Este emplazamiento fue frecuentado por soldados cristianos, principalmente franceses, que marchaban a Tierra Santa. Entre idas y venidas de franceses, el roce hizo el cariño y la familia real armenia se emparentó con los Lusignan.
Pasaron los años como las golondrinas del poema y trescientas primaveras después, la población de origen musulmán estaba descontenta con sus monarcas así que aplaudieron la llegada de los musulmanes egipcios y el secuestro de su rey, que fue trasladado a El Cairo. Triste y cautivo en la ciudad de los mil minaretes, además de viudo, el rey se negaba a abjurar de su religión y constantemente escribía cartas a los monarcas europeos suplicando su rescate.
Finalmente llegó el rescate, el monarca castellano Juan I se apiadó del armenio y envió un cuantioso rescate al sultán para permitir la liberación. León V, que así se llamaba el armenio, llegó a Roma para visitar al Papa y tras esto a Castilla para agradecer su rescate, y por qué no, pidiendo recuperar su corona. De esta manera Juan I le otorgó a León las ciudades de Madrid, Andújar y Ciudad Real junto con ciento cincuenta mil maravedíes. Con esto, el monarca pasa a llamarse León I de Madrid y por lo tanto ese pequeño pueblo castellano se convirtió en capital de Armenia.
Los madrileños de entonces se ofendieron ante tal presencia y el monarca castellano tuvo que convertir el título en personal, de tal manera que cuando muriera León sus habitantes volverían a pertenecer a Castilla. Así que, viendo León el descontento de sus súbditos intentó ganárselos como el mejor de los alcaldes, así que decidió bajar los impuestos y no despedir a los funcionarios.
Aunque el monarca ya poseía tierras y dinero, no paró de buscar apoyos por los reinos europeos para recuperar el último reducto cristiano de oriente así que viajó a Navarra y de ahí a Francia, donde se congració con el rey Carlos VI y le cedió un castillo en Saint-Ouen y unas rentas, que sumadas a las rentas castellanas, lo convirtieron en un señor poderoso. Pero, aún así, el monarca empeñado en recuperar Armenia intentó mediar en la guerra de los Cien Años, para unir a ambos bandos en una cruzada que marchara a Oriente. No fue así y nuestro personaje murió el 29 de noviembre de 1393 en París y fue sepultado en la basílica de Saint Denis.
Tras su muerte, Madrid pasó de nuevo a Castilla y seguiría siendo un pequeño poblacho entre Alcalá de Henares y Toledo hasta que el rey prudente la convirtiera en Villa y Corte.