Alguien dice que las etiquetas dicen más de la persona que las pone que del etiquetado en sí. En el caso de un restaurante, cuando etiquetado y etiqueta es casi una misma cosa, hay una pequeña variación y está bien verlo desde fuera para comprobar si es así. Por ejemplo, Shuwa shuwa se define como el primer sake bar de España, pero quedarse solo con la palabra sake sería sumamente injusto. Sería como si Bill Gates se presentase por ser hijo de sus padres y no una de las personas mas ricas del mundo.
Para entender la metáfora y yendo al fondo de la cuestión: Shuwa Shuwa es más que un sake bar porque si no te gusta el sake vas a salir igualmente encantado.
La cultura del sake, que es todo un universo indómito para el paladar medio, es el punto fuerte de Shuwa Shuwa. Y aquí, como por Faulkner en ‘Amanece que no es poco’, lo que sienten por el sake es auténtica devoción. Del mismo modo que hay mil tipos de vinos, hay mil tipos de sakes: más aromáticos, más pesados, con distintos matices. Unos que en nariz son casi un albariño, pero que en boca se parece a un aguardiente. Todo un mundo de armonías que compone la sumillier del lugar.
Las compone maridándolas con un menú degustación que da sentido a la introducción del artículo y perdón por el tópico en la formulación: Shuwa shuwa es mucho más que un sake bar. El menú degustación lo componen un surtido de tapas japonesas (wakame, tofu con kimchi, tartar de atún), un variado de sushi (detalles donde la autenticidad brilla: el nigiri de gamba no lleva un langostino cocido, sino que lo lleva crudo) o una joya de la corona: el sukiyaki. El sukiyaki es algo así como el hermano desconocido del ramen y un plato que comen en Japón para celebrar buenas noticias. El plato: un caldo con matices dulces cuyo acompañamiento –verduras, setas y luego ternera– se cocina mientras uno termina las piezas de sushi. Le acompañan fideos udon.
Shuwa shuwa ha cumplido media década difundiendo la cultura del sake en Madrid. Y con la voluntad de consolidarse no solo como restaurante, sino como escuela de divulgación, lugar de cursos y de compromiso con la cultura del vino de arroz, su trabajo es doblemente interesante porque disfrutas, claro, y aprendes.
Calle del Conde de Xiquena, 12
Menú degustación: 40 euros por persona + 15 euros con maridaje de sake (55 euros).
Más información en su Instagram.
Fe de errores: En una versión anterior de este artículo se indicaba un precio incorrecto del menú degustación. Esta información ya ha sido corregida.