La mascarilla, según informó Pedro Sánchez en la rueda de prensa del sábado 2 de mayo, pasaba a ser “obligatoria en el transporte público” a partir del lunes 4 de mayo. Ángel Garrido, consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, matizó la medida y señaló que los vigilantes de Metro de Madrid podrán impedir el viaje a los usuarios que no lleven mascarilla que cubra nariz y boca.
Ayer, lunes 4 de mayo, fue el primer día de uso obligatorio de mascarilla. El propio Garrido aprovechó para elogiar la responsabilidad ciudadana, que antes de que fuera obligatoria ya cumplía con la recomendación. La semana pasada, un 80% de los usuarios de metro llevaban mascarilla. El gobierno regional, por su parte, estimó que un 88% de los viajeros la empleó durante el primer día de uso obligatorio.
El personal de seguridad del suburbano, ha señalado Garrido, será flexible durante dos o tres días con la intención de que la ciudadanía conozca la obligatoriedad. Esta información, en cualquier caso, está disponible en carteles que Metro de Madrid ha colocado en todas las estaciones.
El uso de la mascarilla ha pasado de ser recomendado a indispensable porque es un elemento fundamental para evitar los contagios. Habida cuenta de la ruptura de la distancia de seguridad que conlleva el viaje en transporte público, la mascarilla se antoja un elemento importantísimo que se orienta a mitigar la viralidad de la enfermedad.