Entre los muros del solar Antonio Grilo, también conocido como solar Maravillas, la vegetación exuberante y frondosa desafía el paisaje urbano de Malasaña, donde predominan los tonos grises. Es el fruto de un huerto okupa que lleva una década reverdeciendo el barrio y que esta semana mira de frente a su desahucio: el cierre forzoso se cierne sobre la parcela y el reloj no juega a favor de los vecinos.
El Ayuntamiento tiene prisa por deshacerse de este espacio autogestionado en pos de construir un centro de salud para el que aún no se han aprobado presupuestos, y ni mucho menos, se ha fijado una fecha de inauguración. Sin embargo, los vecinos disponen solo de unos días para irse voluntariamente, desde que se les hiciera llegar una notificación el pasado 16 de enero.
Leah Pattem, autora del blog Madrid No Frills, explica que este tipo de jardines surgieron como un acto de rebelión con el estallido de la crisis económica de 2008. «Cada semilla plantada era un desafío que reclamaba terrenos vacíos y abandonados para los vecinos que necesitaban desesperadamente espacios comunitarios al aire libre», explica la periodista en este post de Instagram.
¿Por qué tanta prisa por pavimentar el jardín?
El solar Maravillas lleva diez años en funcionamiento, organizando actividades para los vecinos como un cine de verano gratuito, fiestas populares y eventos solidarios. Si no hay planes inmediatos para la parcela, ¿por qué quiere el Ayuntamiento desmantelarla con tanta urgencia?
«La promesa electoral de construir en este espacio un Centro de Salud no es nueva, se remonta a principios de siglo», cuenta la organización del solar en esta petición de Change.org, donde también expresa que el Gobierno local plantea una «falsa dicotomía» que enfrenta el proyecto verde con la instalación sanitaria en potencia. «Consideramos que ambos espacios son compatibles y necesarios para el barrio y se pueden buscar alternativas, que sin duda existen, para mantener este jardín de Malasaña y conseguir el Centro de Salud, tantas veces prometido».
Rita Maestre, portavoz en medios de Más Madrid, declara que «la decisión de desalojar el huerto del solar Maravillas es una muestra más de que el Gobierno municipal está en contra de la participación ciudadana» y tilda la decisión de «sectaria y revanchista», puesto que «los solares pueden destinarse a otros usos hasta que tengan una licencia de edificación», según dicta la normativa local.
El oscuro destino del jardín urbano parece seguir la estela de desalojos que se inició con La Dragona, un centro social autogestionado de la Elipa que cerró el Consistorio una madrugada de octubre, y continuada por La Ingobernable en noviembre tras varios intentos de desahucio frustrados en los últimos años.
Una petición en Change.org y una red de defensa
El solar Maravillas ha iniciado una petición en Change.org para evitar su cierre. En esta plataforma defiende que la iniciativa vecinal convirtió un descampado «lleno de escombros, basura y ratas» en «un remanso de paz y de ocio saludable alejado de los estándares comerciales» con zonas de recreo para niños y las paredes abiertas al arte urbano.
A raíz del inminente desalojo del jardín okupa ha nacido REMA, la Red de espacios de Madrid Autogestionados, que se dio a conocer precisamente allí. La primera meta de la agrupación es salvar este oasis vegetal en pleno centro.
El manifiesto fundacional de REMA reivindica la existencia de lugares como el solar Maravillas. «Durante todos estos años estos espacios hemos generado una enorme riqueza colectiva a la ciudad de Madrid» reza el texto, «una riqueza real que no se mide en beneficios comerciales, sino en un patrimonio común incalculable de valores de solidaridad, innovación, inteligencia colectiva, sostenibilidad y justicia social que han convertido nuestra ciudad en un lugar un poco menos inhóspito y más humano«.
Foto de portada: Solar Antonio Grilo (Facebook)