En Instagram: un primerísimo plano de la cara de una de las Menina que se reparten por las calles de Madrid, un centenar de likes y un copy sucinto: #STOPMENINAS. La intención no puede ser más explícita que el mero nombre de la cuenta. ¿La justificación? “Las Meninas son publicidad camuflada por una serie de famosos y personajes privilegiados (en su mayoría) que son todo menos artistas”, dicen las personas que están detrás de esta cuenta de Instagram.
Sobre quién está detrás de esta iniciativa (que denuncia la mera presencia de Meninas en las calles madrileñas) no surge ningún nombre, pero nos apuntan que son un grupo de siete personas compuesto por “artistas, comisarios y relacionados con la escena del arte local y emergente de Madrid”.
Vandalismo es quizás una palabra demasiado grande para definir las actividades de Stop Meninas. Del mismo modo que, quizás, también lo es hablar de arte en definición de según que obras: la influencer María Pombo creó su Menina el año pasado. No en vano, la tesis de Stop Meninas parte de una base: “queremos abrir a debate el arte en el espacio publico de nuestra ciudad. Hay gente muy valiosa en la escena del arte de Madrid y nos parece que esta representación e invasión de las calles no guarda ningún tipo de relación con lo que se genera culturalmente en la ciudad”.
La cuenta no está exenta de polémica, funciona del año pasado y su compendio de seguidores no lo componen exclusivamente detractores de las Meninas. No falta quien critica la crítica y señala que “comprendo la iniciativa crítica contra las Meninas chungas hechas por cualquiera sin relación alguna con el mundo del arte, pero todas no entran en el mismo saco”.
De metro ochenta de altura y compuestas por fibra de vidrio, medio centenar de Meninas se exponen al aire libre por toda la ciudad desde 2018.