El centro comercial X-Madrid, uno de los centros comerciales más espectaculares de Madrid, apenas necesitó cuatro días para erigirse en receptáculo perfecto para todo negocio de componente friki. ¿El ejemplo más claro? Callejón Madriagón, la tienda dedicada al universo Harry Potter.
Lo de friki no es por llamarlo de alguna forma (es decir, no es como este mapa de supermercados exóticos), lo de friki es porque es su nombre real. Este supermercado se llama Super Friki Market y es verdaderamente friki.
Y tiene exactamente lo que te imaginas: frikismo en dosis hiperbólicas. ¿Cereales de Super Mario? Cereales de Super Mario; ¿botellines de hidromiel para tomarse unos cuantos e ir al Valhalla? Por supuesto; ¿Vodka Dracarys y licor de fuego valyrio para ponerte como un señor (como el señor de la noche)? La duda ofende; ¿ramen de Pikachu? Póngame cuatro.
También cabe decir que el adjetivo friki cabe también en su dimensión literal: aquí hay ositos de gominola 100 veces más grandes de lo habitual o grillos con sabor a barbacoa o cava con oro comestible.
Si el frikismo fuese una religión, el Super Friki Market sería el templo.