Hace unos días el municipio de Chinchón registraba un terremoto de magnitud 2.9 en la escala de Richter. Un ligero temblor que, a pesar de su baja intensidad (se sintió con una intensidad máxima de II, el menor grado dentro de la escala macrosísmica), notaron algunos vecinos de Chinchón, Villaconejos y Colmenar de Oreja.
«La zona de la Comunidad de Madrid, a rasgos generales, es una zona con muy poca actividad sísmica, pero ningún territorio es ajeno a ella: en cualquier sitio puede producirse un terremoto», explica a este medio Javier Fernández Fraile, sismólogo en Red Sísmica Nacional.
Los terremotos, señala el experto, se producen cuando el terreno no aguanta los esfuerzos generados por el movimiento de las placas tectónicas y la energía acumulada se libera en forma de ondas sísmicas. «En el caso de Chinchón, se trata de una zona de poca actividad y no hay fallas identificadas ni ninguna estructura susceptible de generar grandes temblores», apunta.
Ya disponible el mapa de intensidades del #Terremoto M2,9 en #Chinchon #Madrid sucedido a las 20:44h sentido con intensidad III en #Villaconejos y II en la capital de España 👉🏾https://t.co/0PYyQVeEFu pic.twitter.com/QAP5ykL3Kn
— 🌍Antonio Aretxabala🌏 (@AAretxaba) September 27, 2021
El terremoto más intenso en la Comunidad de Madrid desde que se tienen registros se produjo el 27 de junio de 1954 y tuvo su epicentro en San Martín de la Vega. Su magnitud fue de 4.0 en la escala de Richter y se sintió con una intensidad máxima de V dentro de la escala macrosísmica.
Esta última escala define el grado de intensidad con el que se perciben los terremotos y los efectos que provocan en la naturaleza, los edificios y los objetos. Sus valores van del I (no se ha sentido y no ha producido daños) al XII (resulta completamente devastador). El de Chinchón, por tanto, de intensidad II, se sintió solo en casos aislados (<1%) y no generó desperfectos o daños.
Un fenómeno (de momento) impredecible
A día de hoy los terremotos son un fenómeno que no se puede predecir. «Implicaría por nuestra parte establecer dónde van a ocurrir, cuándo y de qué intensidad y de momento eso no se puede hacer. Lo que podemos es establecer grandes zonas en las que es posible que haya una mayor probabilidad de que se produzcan, como Murcia, Granada o toda la zona sur de la península», explica Fernández Fraile.
A pesar de ello, cuentan con una importante red para monitorizar la actividad sísmica, que permite hacer un seguimiento en tiempo real de los temblores que se producen. «Tenemos estaciones repartidas por todo el territorio, tanto sísmicas como de acelerómetros. Es decir, podemos medir tanto movimientos de suelo como aceleraciones, que son en definitiva movimientos grandes del suelo».
Con estas herramientas no solo registran estos fenómenos: «Por la zona de Chinchón hay muchas canteras de mármol y cemento, y si se producen explosiones también podemos registrar este tipo de sucesos», añade.
¿Qué hacer en caso de terremoto?
En caso de que se produzca un terremoto o temblor, hay una serie de pautas básicas que conviene tener en cuenta. «Mientras se produce, lo mejor es no salir de casa y refugiarse bajo una mesa, una cama o cualquier estructura robusta. Si vivimos en una zona de alta probabilidad sísmica, todos los elementos colocados en zonas altas como libros, por ejemplo, deben estar sujetos y las estanterías bien ancladas a la pared», explica el experto.
Una vez haya finalizado el seísmo, es recomendable estar en zonas despejadas o en campo abierto, donde no puedan caer cascotes de edificios o revestimientos. La lista completa de recomendaciones, elaborada por el Instituto Geográfico Nacional, se puede consultar aquí.