La vida en Madrid lleva aparejada una intermitente necesidad de huir cada cierto tiempo. Y al momento de comprar los billetes para una escapada en avión, sonreímos si nuestro vuelo sale desde la Terminal 4 del aeropuerto. Porque allí huele a vacaciones y hay entretenimiento para rato: tu Instagram agradece una story del lugar mientras esperas a que avance la cola en la puerta de embarque.
El diario británico The Guardian comparte el agrado por nuestra terminal favorita y por esa razón la T4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas está entre las 25 mejores obras arquitectónicas del siglo XX, a su parecer. Está situada en el puesto 18 del ránking y rodeada por joyas de la arquitectura moderna de todo el mundo, como la High Line de Nueva York, la Biblioteca Peckham de Londres y el Museo de Arte de Teshima (Japón).
¿A qué se debe esta fascinación? A que, según el periódico, el nuestro es «un aeropuerto del que no estás desesperado por escapar», un logro inusual cuyo mérito corresponde a los arquitectos Richard Rogers y al Estudio Lamela.
The Guardian alaba los techos de bambú ondulante, las columnas de colores y las claraboyas que dejan pasar la luz del sol por encima de las cabezas de los pasajeros que por un motivo u otro aquí recalan. El diseño es «un bálsamo calmante para el estrés del viaje internacional». Los halagos del diario también van para la acústica del espacio y la «piadosa» ausencia de luces fluorescentes.
La lista al completo de los mejores edificios de este siglo según The Guardian está aquí: The best architecture of the 21st century.
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