
Las líneas de tren de alta velocidad son ya una realidad más que desarrollada en España y hacen por ejemplo que llegar desde el centro de Madrid y al centro de Barcelona sea posible en menos de 3 h sin coger un avión. Pero ahora hay una propuesta para que estas líneas ultrarápidas empiecen a conectar ciudades europeas como si se tratara de una red de metro.
Este ambicioso plan para crear una red ferroviaria de alta velocidad ha sido presentado por el think tank 21st Europe. Este proyecto, denominado Starline, busca conectar 39 destinos en Europa, incluyendo el Madrid, Milán o París, transformando la infraestructura ferroviaria actual, la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), que está fragmentada y es lenta comparada con este nuevo proyecto de una red rápida y eficiente que rivalice con el transporte aéreo.
¿Cómo funcionaría la red de metro europea?
La red ferroviaria Starline operaría entre los 300 y 400 km/h, lo que permitiría recorrer distancias significativas en tiempos mucho más cortos. Por ejemplo, el viaje de Helsinki a Berlín podría realizarse en apenas cinco horas, en lugar del día completo que actualmente requiere.
En el proyecto presentado por 21st Europe los trenes Starline tendrán un diseño distintivo de color azul profundo, inspirado en la bandera de la Unión Europea. Las cabinas no estarán divididas por clases, sino que se organizarán en espacios para diferentes necesidades, como zonas silenciosas para trabajar y áreas familiares. Según este grupo de expertos, los trenes llegarán a nuevas estaciones construidas cerca de los centros urbanos, conectándose con los sistemas de transporte existentes.
Starline se presenta como una solución ambiental, ya que el ferrocarril de alta velocidad puede producir hasta un 90% menos de CO₂ que los vuelos cortos. Además, se espera que este proyecto cree millones de empleos en infraestructura, ingeniería y servicios, contribuyendo significativamente al crecimiento económico.
Implementación y viabilidad de Starline
En las declaraciones de 21st Europa a Euronews explican que aunque existen dudas sobre la viabilidad de este proyecto a corto plazo, se espera que sea posible para el final de este siglo. Sin embargo, la demanda pública por viajes ferroviarios accesibles y sostenibles es evidente, con más de 400,000 usuarios de Interrail cada año. La implementación de Starline requerirá una coordinación centralizada y una inversión significativa, pero podría ser crucial para que Europa alcance sus objetivos de neutralidad climática para 2050.