Hay al menos dos cosas que aún le quedan pendientes de revisión a la civilización occidental: el uso del papel higiénico y lo de morirse a destiempo. Para lo primero ya hay alguna alternativa; para lo segundo, podríamos ir buscando pistas en el ser vivo más longevo del país: un tejo de la Sierra de Guadarrama.
Se calcula que la edad del ejemplar rondaría entre los 1.200 años según las estimaciones más bajas, y los 2.000. El árbol se encuentra a unos 1.650 metros de altura, como suele ser común en esta especie, rodeado de pinos y otros familiares casi tan viejos como él.
Suponemos que el inmejorable entorno en que se encuentra habrá ayudado bastante a su conservación. El árbol se levanta unos ocho metros de altura y se extiende unos 15 metros de ancho junto al arroyo de Barondillo, en el término de Rascafría y dentro del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.