
Madrid es un lugar que siempre se está reinventando –gastronómicamente hablando. Nuevos locales, nuevos platos, nuevas tendencias culinarias… Sin embargo, lo clásico siempre tiene sus adeptos, y en esta ciudad no son pocos. Para conmemorar la importancia y trayectoria de los lugares que forman parte de la cultura madrileña desde hace medio siglo, la Comunidad de Madrid ha publicado una selección de 30 restaurantes míticos de la región.
“Con solera de Madrid” es una iniciativa en colaboración con la Asociación de Hosteleros de Madrid para promocionar la oferta gastronómica de la Comunidad de Madrid. La guía recoge una treintena de bares, restaurantes y casas de comidas repartidos por Madrid y otros 18 municipios que, desde este mes, contarán con una placa que reconoce su trayectoria y su oferta culinaria: carnes, pescados, productos de la huerta, arroces, conservas y embutidos, platos de cuchara, cocina española o típica madrileña…
En Madrid centro…

El centro de la ciudad recoge una gran variedad de restaurantes y tabernas con apariencia tradicional. Pero ojo, porque la línea que separa un establecimiento con historia de otro para atraer turistas es muy fina. Casa Lucio es uno de estos restaurantes que es lo que parece: un restaurante tradicional donde probar lo mejor de la gastronomía madrileña y nacional. Desde 1974, este local es una parada obligada para los amantes del buen comer. Sobre todo si tu plato favorito son los huevos estrellados, un must-try de la casa.
Si lo que buscas es cocina tradicional, La Copita Asturiana es tu sitio. Este tesoro de la cocina asturiana se estrenó en la ciudad en 1959, y lleva desde entonces convertido en un destino ideal para aquellos que buscan desabrocharse el pantalón después de cada comida. Otra casa de comidas indispensable en el centro es el Restaurante El Bierzo. En pleno barrio de Chueca, El Bierzo ofrece a sus visitantes generosas raciones de cocina casera desde hace 53 años.
El “tomar algo” es un ritual casi sagrado para los madrileños, y Casa Camacho es el mejor sitio para practicarlo. Este rincón de Malasaña, referente desde los años 20, es una auténtica taberna madrileña: sus tapas de bravas, boquerones, anchoas, berenjenas de Almagro y sus “yayos”. Los “yayos”, una mezcla única de casera, vermú y ginebra, son la especialidad de la casa.
Más allá del centro

Al oeste de la Castellana, en pleno barrio de Ciudad Lineal, se encuentra el Bar Docamar. Este auténtico bar de barrio es el hogar de las bravas más famosas de la ciudad. Su salsa especial (que también venden por separado), sus crujientes patatas y la cerveza servida bien fría es lo que lo convierte en un lugar de culto. Otra de las tapas clásicas de Madrid, aunque originarias de Ávila, son los torreznos. Y qué mejor sitio para probarlos que en el Bar Los Torreznos. Ubicado en la calle de López de Hoyos, 149 y la calle de Alonso Cano, 69, este bar sirve este snack salado en la ciudad desde 1956.
Casa Pepe es un restaurante mítico de la zona norte de la ciudad. Su carta y menú diario reflejan lo mejor de los bares clásicos españoles: alitas, torreznos, revuelto de morcilla, bravas y oreja. Otra casa especializada en la tradición española es Casa Ricardo, en el madrileño barrio de Argüelles. Desde 1935, Casa Ricardo ofrece a sus fieles clientes especialidades como rabo de toro, callos a la madrileña, gallina en pepitoria, bacalao al pilpil y cocido madrileño (por encargo).
En los alrededores…

Fuera de la ciudad también se come bien (y muy barato). En la Villa de Torrelaguna, en las inmediaciones de la Sierra, se encuentra el restaurante Alfolí de la Sal. Ubicado en un edificio del siglo XIV, ofrece menús de lunes a viernes y una variada oferta de opciones gastronómicas, entre las que destacan los asados.
El histórico pueblo de Chinchón también tiene una amplia oferta gastronómica. El café de la Iberia, en la plaza principal del pueblo, es un gran restaurante de varios salones en los que disfrutar de ricas carnes y platos tradicionales. También en Chinchón destaca el Mesón Cuevas del Vino. Este restaurante-museo está ubicado en una antigua casa de labranza de finales del siglo XVIII, cuya actividad era la elaboración de vino y aceite. En ella se pueden visitar: bodega, molino, cuevas, etc., así como el horno de leña más grande de España. Además de por su comida, merece la pena disfrutar de este edificio, declarado de interés turístico y protegido por el Patrimonio Histórico Artístico de la Comunidad de Madrid.
En Alcalá de Henares se encuentra Las cuadras de rocinante. Fundado a comienzos de los años 70, se especializan en las raciones caseras y platos tradicionales como lentejas estofadas, fabes con sus avíos, cocido madrileño a los tres vuelcos… Casa Pablo, “de Aranjuez desde 1941”, como proclama su carta, es un restaurante de más de ochenta años de historia. Se trata de una taberna clásica que ofrece una gran variedad de platos tradicionales, desde mariscos a carnes de calidad, pasando por sus deliciosos postres.