Al hablar de ‘La Movida‘ pensamos en los temas que dejó y que aún suenan en las noches de fiesta (cosechando casi el mismo éxito que cuando se escucharon por primera vez), pero la época fue mucho más que eso. No podemos olvidar que tiene su lado sombrío, ya que durante ella también desaparecieron grandes artistas. Pero sobre todo, tenemos que tener en cuenta que fue mucho más que las noches de fiesta, ya que fue un movimiento contracultural que buscaba escapar de un periodo donde la censura no dejaba expresarse de ninguna forma.
Aunque no podemos negar que donde más «ruido» hizo fue en las calles y locales de fiesta de Madrid. Algunos de esos lugares aún siguen en pie e incluso conservan el mismo aspecto con el que se dieron a conocer por aquel entonces. Puede que por ellos ya no te encuentres a Alaska o Almodóvar pegándose una fiesta, pero la esencia sigue manteniéndose:
El 2D
El 2D fue fundado por Helia Nevado a finales de los 70 y a día de hoy sigue manteniendo intacta la decoración con la que abrió sus puertas. La decoración y la esencia, porque a pesar de haberse sabido adaptar a los tiempos que corren por el barrio (cuyos locales están en constante cambio), todavía puedes vivir las noches como lo hacían Wyoming, Rosendo o Josele de ‘Los Enemigos’, habituales del local. Ahora abre durante todo el día y tiene opción de picoteo, pero hace diez años, solo abría por las noches para acoger las almas rockeras que pasaban por él. Hoy sigue recibiéndolas con las mismas ganas y además, los «perros buenos» también son bien recibidos.
C/ Velarde, 24
El Penta
Probablemente sea uno de los locales más conocidos gracias a la ‘Chica de ayer’ de Nacha Pop y aunque el interior del local no haya conservado la decoración inicial, se sigue respirando el espíritu de la época. La ex mujer de Antonio Vega pintó un mural dedicado a él en las paredes del bar a modo de ‘altar’. Los primeros dueños que tuvo decían que fue el primer local que abrió combinando el clásico bar de copas con una discoteca. No fue solo un lugar para salir de fiesta, sino que también sirvió para que los artistas emergentes de la época dejaran allí sus maquetas para darlas a conocer.
C/ Palma, 4
La Vía Láctea
Lo creas o no, antes de convertirse en La Vía, fue una carbonería. Aunque ahora es más común encontrarla llena de ambiente internacional, cuando abrió sus puertas se convirtió casi al instante en un punto de referencia para la noche madrileña por su aspecto, inspirado en los locales musicales de Nueva York y por pinchar temas musicales que eran muy difíciles de encontrar en nuestro país en aquel momento. A día de hoy, parte de su decoración son fotografías de su época de gloria, pero sus paredes están decoradas con auténticas obras de arte, como una versión muy particular de La Capilla Sixtina, pintada por Los Costus o la barra principal, adornada con ilustraciones de Montxo Algora, dibujante de cómics.
Sala El Sol
El Sol vio nacer a grupos tan míticos como Alaska y los Pegamoides, Radio Futura, Nacha Pop o La Unión y a día de hoy sigue acogiendo conciertos de grupos clásicos o artitas emergentes. Ha formado parte de rodajes de películas y videoclips (como los de Extremoduro y Revólver) , de entregas de premios y hasta de presentaciones de libros y discos. La sala está reconocida como Patrimonio Cultural de Madrid.
Calle Jardines, 3
El Tupper Ware
Conocido por «El Tupper» por sus fieles feligreses, lleva poniendo banda sonora a la noche madrileña desde 1979. Cuenta con un mítico mural pintado por el dibujante Mauro Entrialgo. En la actualidad se ha convertido en un punto de encuentro del moderneo madrileño, pero no podemos olvidar sus míticas noches de billar.
C/ Corredera Alta de San Pablo, 26