Los olores de Madrid son tan característicos que podemos identificarlos en sus diferentes calles.
A la historia ha pasado el famoso «España huele a ajo» de la ex Spice Girl, Victoria Beckham, aunque lo haya desmentido en entrevistas posteriores. Aun así, todavía media nación se pregunta en qué momento se atribuyó a la capital madrileña el olor a ajo, ya que hasta la fecha todavía no hemos conocido una sola calle inundada por este olor anti-vampiros. Sin embargo, si hay algo de lo que estamos seguros es que olvidar la cara más olorosa (en el buen sentido) de Madrid es imposible.
Dicho esto, afina el olfato y acompáñanos en la única ruta en la que solo te hará falta uno de tus cinco sentidos:
Curry en Lavapiés
Si fuéramos con los ojos vendados al barrio más castizo de Madrid, sabríamos dónde estamos perfectamente por el gran olor a especias de los restaurantes hindúes. Sin duda, una gran estrategia de marketing, porque una vez que tu nariz huele a pollo tikka massala no vas a querer probar otra cosa.
Las palomitas de los Cines Ideal
No somos de comprarnos palomitas con refresco en el cine nunca, sobre todo porque valen más caras que las propias entradas. Sin embargo, cuando pasas por la puerta de los Ideal este olor a palomitas recién hechas te atrapa y hace que, aunque te hayas comido un chuletón de Ávila de medio kilo, tu cuerpo te pida cantidades ingentes de maíz.
Comida china en Plaza de España
Hay una parte cercana a una de las entradas del parking que siempre huele a comida asiática. Probablemente, se deba al mítico restaurante subterráneo que hay en el parking de Plaza de España. Para muchos, el mejor chino de Madrid, aunque nosotros diferimos.
Perfume en la calle Serrano
Es bien sabido que si nos paseamos por la Milla de Oro madrileña hay un marcado olor a perfume que no es marca Deliplus precisamente. Al igual que lo que se vende en sus tiendas tampoco tiene precio Hacendado.
Castañas otoñales y almendras garrapiñadas
Cuando llega el otoño, todo Madrid se inunda de un olor a castaña asada de los distintos puestos que hay y que nos acompañan hasta el invierno. Hay que reconocer que más de una fría noche en la que hemos pasado por Callao no nos hemos resistido a la tentación de comprarnos un cartón hipnotizados por su magnético olor.
Tampoco nos hemos resistido a las almendras garrapiñadas que venden en el Parque del Retiro de Madrid, ya que más de una vez entramos para hacer running y salimos haciendo almendring.
La rosaleda del Parque del Oeste
Si te gustan los olores florales, tendrás un éxtasis cuando entres en el el Jardín de Ramón Ortiz, más conocido como la rosaleda del Parque del Oeste. Además, también podrás deleitar a tus ojos, ya que aquí tienen una colección de rosales única en el mundo.
Cañerías en el Metro de Madrid
No todos los olores madrileños son agradables. También tenemos que convivir con pestilencias cotidianas en algunas estaciones de Madrid que se caracterizan por su olor a cañerías; como la de Palos de la Frontera, la cual tendría que renombrarse como Pedos de la Frontera (y más allá).
Fuente de la imagen de portada: Haz tu plan