Bruce Wayne se ha salido de la ficción. De hecho, ha abandonado Gotham y se ha ido a vivir a Albacete. ¿El porqué de su mudanza? Proyectar mensajes sobre una fachada. Mensajes de todo tipo, pero con un tono principalmente optimista y siempre cómico.
Bromas blancas sobre la operación salida o sobre la identidad albaceteña como las siguientes: “¿Para qué vas a salir de casa si hasta el 7 de septiembre no empieza la feria?”, “Salvo alguna retención en la sección de repostería, la operación salida de Semana Santa está siendo todo un éxito”.
Igual que la de los ciudadanos gallegos que hacen algo parecido, esta es una nueva expresión de humor ultralocal. Humor, ya no solo de Albacete; humor que, a pesar de estar hecho para causar la risa en el vecino de enfrente, llega a todo el país.
El caso del Batman albaceteño, entonces, es un caso similar al del gato de Schrödinger, hasta que no lo desmienta, puede seguir siendo Bruce Wayne. O no.
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