La reclusión en casa ha diezmado nuestra visión de Madrid hasta reducirla a los escasos metros que escudriñamos desde las ventanas, en caso de tener alguna orientada hacia la calle y no a un patio de luces de los que no hacen honor a su nombre. Solo nos queda confiar a ciegas en que Sol, la Puerta de Alcalá y el Retiro siguen ahí, esperando la vuelta a la normalidad.
En este período de aislamiento hay tantas personas hechizadas por el silencio y la calma inaudita de la capital como otras que han confesado echar de menos el trajín, el rumor de un millón de voces solapadas, los pasos anónimos en las calles: la sinfonía madrileña a todo trapo. La cuarentena nos ha bajado el volumen, salvo por los aplausos dedicados al personal sanitario cada tarde a las 20:00 h.
Nuestros paseos han sido sustituidos por un puñado de fotos distópicas que retratan un Madrid vacío, seco, que ha quedado prácticamente inerte debido a la necesidad de evitar más contagios por coronavirus.
Los días del confinamiento pesan, pero Madrid sigue siendo Madrid, y algunas cámaras lo retransmiten en directo: son balcones virtuales desde donde nos asomamos al centro y contemplamos una ciudad medio dormida pero tan bonita y acogedora como siempre.
Ponte cómodo y sintoniza la retransmisión de Skyline para contemplar la Puerta del Sol, Gran Vía y la calle Alcalá en tiempo real. Sin movimiento pero igualmente impactantes se pueden ver las tomas que registran las cámaras de Enterat cada pocos minutos en otras zonas de Madrid, como Cibeles, la Plaza de España y el Paseo de la Castellana.
Este momento hay que aprovecharlo para ver en directo unas imágenes que pasarán a la historia. En cada metro cuadrado desierto volverá a bullir la vida en algún momento. Pronto volveremos a vernos en las calles.
Foto de portada: Skynet