La red de ferrocarril para corta distancia estrena el pago a través de una app y no nos convence demasiado.
La buena noticia es que Renfe Cercanías se está modernizando. La mala, que su evolución tecnológica va tan despacio que muchos avances se quedan obsoletos según los ponen a disposición de sus viajeros. O eso, o que dejan se las cosas a medio hacer.
Esa es la sensación que transmite la recién estrenada compra de billetes vía smartphone, un lanzamiento sintomático de la adaptación desacompasada de la red ferroviaria a los nuevos tiempos.
El problema no es la idea en sí, que está muy bien, sino que el proyecto nace a destiempo: es una posibilidad que deberían haber desarrollado hace, por lo menos, dos o tres años. Los teléfonos inteligentes están más que asentados en España, pero Cercanías no los había tenido en cuenta para la compra de sus viajes hasta hoy. En su defensa podemos decir que el metro y la EMT tampoco lo han hecho todavía, aunque el pago del autobús con el móvil está en fase de prueba.
El problema no es la idea en sí, que está muy bien, sino que el proyecto nace a destiempo.
No es solo que llegue tarde, es que viene deprisa y corriendo. El resultado del pago con la app es más bien chapucero. Detrás del titular se esconde un servicio a medias que no termina de encajar con la cumbre de la era digital.
Sí, se puede comprar un billete a través de una app. Pero la transacción queda limitada a billetes sencillos (de ida y vuelta como máximo), y no asegura la reserva de una plaza en el tren (como hasta ahora, vamos). Del abono y los billetes múltiples, olvídate. Puntos a favor: no hace falta seleccionar un horario concreto y la anulación es gratuita.
No es solo que llegue tarde, es que viene deprisa y corriendo. El resultado del pago con la app es más bien chapucero.
Pero continúan los obstáculos. Una vez pagas tu billete, tienes que ir a una máquina expendedora para imprimirlo. En términos de tiempo y comodidad, ¿en qué se diferencia hacer cola para escanear un código QR de hacer cola para insertar unas monedas en la máquina? Esto no facilita mucho la vida a los viajeros ni es respetuoso con el medio ambiente.
De momento este servicio solo estará disponible en Madrid y Barcelona. Esperamos que cuando llegue a otras ciudades se haya encontrado una solución a estos inconvenientes. Y que dicha solución llegue antes de que los smartphones pasen a la historia.