Dicen que en Internet puedes descubrir cualquier cosa, pero la verdad es que pensándolo bien ¡en Madrid también! Puedes encontrar el anonimato que te da vivir en una ciudad, pero al mismo bajar a la frutería de siempre y que el tendero sepa el punto exacto en el que te gusta la sandía. También te puedes comer unos callos de receta ancestral o aprender la diferencia entre el poke y el ceviche. ¿Dónde cobra vida todo esto al mismo tiempo? Para nosotros, todas las miradas apuntan a Chamberí. Castizo, enigmático y al mismo tiempo, en constante renovación. Es por eso que para nosotros se ha convertido en el barrio más trendy del mes. Porque después del ajetreo de Chueca, toca tomárselo con más calma:
Sabores ahumados
Antes de que sigas leyendo, tenemos que advertirte: Jimbo Smokehouse no es apto para remilgados o para vegetarianos. Es más, este restaurante no ha pretendido ser nada de eso en ningún momento. Se trata del primer local de España en el que se ahúma la carne siguiendo las técnicas y la tradición de Tejas. El resultado final se sirve acompañado de la tradicional toallita aromatizada, ya que a Jimbo se va a comer con las manos. ¿Su especialidad? La carne, en todas sus formas y de todas sus procedencias. Pollo, pulled pork, costillar de cerdo o secreto ibérico. Ahumados y macerados con especias o con su espectacular salsa barbacoa casera y siempre acompañados de un puré de patata digno de paladares exigentes y de pickles. ¿Babeas? Tranquilo, está permitido. ¿Y chuparse los dedos? Obligatorio.
Plaza Descubridor Diego de Ordás, 4
Chamberí, cuna del café
Monkke Koffee podría ser otro lugar más de peregrinación para practicar el postureo por la apariencia del local. Pero justo ahí está su magia, en que no lo es. Lo que sí tiene ganado es el título de «templo del café«, porque tiene uno de los mejores que hemos probado. ¿El motivo de su éxito? Han elaborado una mezcla propia con granos procedentes de cuatro países diferentes (Colombia, Etiopía, Brasil y Guatemala). ¿El resultado? Ni si quiera necesita azúcar… Pero aún hay más, su brunch es uno de los mejores del barrio y su filosofía invita a que te tomes el café, alguna de sus piezas de repostería o simplemente, la vida, con calma, para que disfrutes de todos los aromas que ésta te brinda.
C/ Vallehermoso, 112
Sorolla y su jardín de encanto
Esta pinacoteca merece por sí sola una visita por el edificio como tal, ya que la casa-museo de Sorolla es una construcción arquitectónica impresionante. Dentro puedes disfrutar de la colección de pintura (en nuestra opinión, la que más merece la pena), pero también hay un apartado especial para joyas, cerámica o mobiliario del artista. Además, los fines de semana la visita es gratuita a partir de las dos. Te recomendamos finalizar el recorrido en su jardín, ya que es todo un remanso de paz.
Ecología y encanto al peso
Volver a los orígenes puede tener su encanto. Déjate de comprarlo todo precocinado o envasado al vacío y disfruta del encanto de hacer la compra como se ha hecho toda la vida. Pepita & Grano es una tienda que ofrece productos ecológicos, naturales y orgánicos a granel: especias, frutas deshidratadas, legumbres, harinas o frutos secos entre sus posibilidades. El despliegue de color y de olores que sentirás nada más cruzar el umbral de la puerta te hipnotizará. Si te encanta cocinar, enloquecerás y si aún no sabes, te irás directamente a comprar un libro de recetas para dar uso a tus compras. En serio, la comida te sabrá mejor.
C/ Santa Engracia, 77
Fiestas de Chamberí
- Lleva una mochila: tal y como te hemos dicho, se dará importancia a los locales del barrio y en ellos se apuesta por productos artesanos y ecológicos (en el caso de la gastronomía), por lo que querrás comprar algo (y tener las manos libres).
- Puedes ir con niños: han preparado muchas actividades para ellos, es más, te convertirás en su persona favorita si les llevas al concierto de Chumi Chuma, que es gratis y es todo un éxito entre los más pequeños.
- Lleva algún complemento castizo: el día 15 habrá un concurso de mantones y la actuación de un grupo de chotis, así que si sabes bailarlo o tienes el traje típico, es tu momento de sacar a relucir el gato (o gata) que llevas dentro.