Cuando un negocio emblemático cierra en una ciudad, esa ciudad, inmediatamente, se convierte en un lugar un poquito peor. Lo comentábamos a principios de semana tras enterarnos del cierre de Salazar, la papelería más antigua de Madrid. Y lo ratificamos ahora, tras saber que la alpargatería Calzados Cantero cerrará sus puertas este otoño.
En la plaza de Olavide, Calzados Cantero ha estado 64 años atendiendo a clientes que son parroquianos. Atendiéndolos, claro, con una paradoja: quien ha probado su calzado elogia tanto su calidad y su duración que hablar de clientes fijos puede llegar a significar que esa persona se haya comprado dos zapatos y nunca más haya tenido que volver.
Sea como fuere, en Calzados Cantero vendían alrededor de 50.000 pares de zapatos cada año (así lo hace saber Diego Casado en un artículo de Somos Chamberí) y la esperanza de seguir vendiendo una vez acabado el confinamiento no parece suficiente. La emergencia sanitaria, estar tres meses con la persiana echada, le ha supuesto a Calzados Cantero pérdidas por valor de 40.000€.
Circunstancia, la fiduciaria, que se suma a otras cuestiones dinásticas y de competencia. Todas ellas conducen a un escenario, el cierre, que ya ha empezado a escamar en el barrio de Chamberí.