Tal vez no sea la ciudad perfecta, pero nosotros la adoramos a pesar de todo.
Vamos a soltarlo ya: Madrid tiene defectos. Pensabas que nunca lo admitiríamos, pero aquí estamos, desvelando la verdad aunque nos duela en el alma. La capital tiene un lado oscuro que no es del gusto de nadie, todo hay que decirlo.
Entonces, ¿por qué vivimos aquí más de tres millones de personas? Pues porque nuestra casa es como ese amigo de toda la vida al que queremos tanto: porque sus virtudes superan todo lo malo.
Lo cual no quita que mencionemos aquello que no nos gusta de Madrid y las razones por las que soportamos sus inconvenientes grandes o pequeños.
La hora punta en el metro
Google dice que en 30 minutos estarás en casa pero, pobrecito, no se atreve a comentarte que vas a viajar embutido parada tras parada. Los juegos del hambre no son nada comparado a subirse a un tren en hora punta. ¿Coger sitio? Una utopía que pocos han saboreado. Da gracias si no te quedas esperando en el andén.
¿Por qué lo aguantamos? Porque tenemos una red suburbana insuperable
294 kilómetros de vías, que se dice pronto. Tenemos 13 líneas que nos llevan allí donde queremos ir, por muy lejos que esté, siguiendo un mapa claro y comprensible, no como en ciertas metrópolis donde los planos parecen hechos aposta para que te pierdas. ¡Y ni siquiera estamos contando el Metro Ligero o Metro Sur!
Las colas para entrar en cualquier sitio
El nuevo garito de moda queda vetado durante al menos tres meses, o lo que tarde en pasarse la fiebre que haya desatado. Conocerlo supone hacer cola durante un rato, no caber ni en el hueco de la puerta o luchar cuerpo a cuerpo con gente desconocida para hacerte con una mesa. Mira, mejor te vas al bar de tu barrio que siempre hay sillas libres.
¿Por qué lo aguantamos? Porque hay infinidad de sitios que lo petan
Menos lobos, Caperucita, que para salir por ahí en condiciones solo hace falta un poco de organización. Si el plan A falla, siempre existe una opción B, C, D… y así hasta la Z, y a empezar de nuevo con el alfabeto griego, porque Madrid es imparable y siempre habrá un restaurante, bar, pub o cafetería que descubrir.
No existe la improvisación para quedar con amigos
Érase una vez un madrileño que llamó a su amigo y quedaron una hora después. No, este cuento de hadas no es creíble, ni por asomo. Nuestros días están dominados por el estrés y los compromisos, además de que nuestra vida social está muy segmentada en grupos distintos que a veces pegan tanto como las aceitunas y el chocolate. Tira de calendario y agenda, que con suerte verás a tus seres queridos el mes que viene.
¿Por qué lo aguantamos? Porque todos los días hay algo diferente que hacer
Los astros se han alineado y has logrado quedar con dos o tres personas que te caen bien. ¡Sí! Ahora lo difícil será elegir entre los cientos de actividades que hay cualquier día en Madrid: desde exposiciones hasta mercadillos pop up, de ferias gastronómicas a teatro popular. No te aburres nunca, y es prácticamente imposible repetir plan, a no ser que así lo decidas.
Aquí no hay playa
El sol veraniego no conoce la clemencia: nos abrasa todo el verano, y nosotros sin la oportunidad de tostarnos en la arena de una cala o refrescarnos entre las olas. Si quieres playa, tienes que viajar por lo menos tres horas. De ahí que conocer a un amigo con piscina en su comunidad sea más valioso que tener un buen plan de jubilación.
¿Por qué lo aguantamos? Porque estamos cerca de todo lo demás
Un aeropuerto internacional conectado por bus, metro y tren de cercanías; estaciones de tren en pleno centro y lo mejor de todo: estamos ubicados en el centro de la península. Irse un finde a Asturias es tan fácil como escaparse a Granada o a Valencia. ¡La distancia no es problema para nosotros!
Y a ti, ¿qué te ayuda a sobrellevar los problemas de Madrid?