Dicen que lo que menos hay en la capital son madrileños, pero si prestas atención, puedes averiguar cuales son los auténticos.
Que en España somos muy de tópicos ya es uno por sí solo. Pero nos guste o no, algunos de ellos llevan algo de razón. Puede que de primeras lo niegues, pero si se acercan mucho a tu forma de pensar o a tu lugar de nacimiento, te verás identificado en más de uno cuando menos te lo esperes. Porque ser de Madrid de verdad (nacido aquí) te hace sacar la vena gata aunque realmente tú no puedas presumir de ser 100% gato. Un auténtico madrileño habrá dicho alguna vez alguna de estas cosas:
«Ya no quedan madrileños de verdad»
Con eso no se está refiriendo a que la gente ya no sepa bailar chotis o no se vista de chulapa en las fiestas (aunque un poquito sí), sino al hecho de que a penas queden gatos de verdad. Como ya sabrás, el apodo de los madrileños tiene su historia y para poseerlo, tienes que haber nacido aquí. Antiguamente necesitabas que tus dos padres también fuesen de Madrid, pero como el amor no entiende de barreras, ahora basta con que solamente tú lo hayas hecho.
«El bocata de calamares no necesita nada más»
Otra forma fácil de detectar si estás ante un madrileño de pura cepa o un mero adoptado es cómo se toma el bocata de calamares. El resto de mortales suelen pensar que pide mayonesa a gritos (o cualquier otro acompañamiento). Un madrileño de corazón, alma y raíces no solo sabe donde puedes probar el mejor, el menos aceitoso y el de los calamares más frescos, sino que aprecia el delicioso sabor que hay en la simpleza del crujir del calamar y el pan.
«Los madrileños no somos chulos. Tenemos carácter»
¿Como te sentirías tú si siempre te estuvieran atacando? Que si el laísmo, el leísmo, el «egggque» y encima que somos unos chulos. Sí, nos gusta opinar y nos gusta defender lo nuestro, ¿qué tiene eso de malo? ¿A caso no acogemos con los brazos abiertos a todo el que viene a visitarnos? Estamos encantados de recibir a los no gatos, pero ya sabéis que los felinos son animales con mucha personalidad.
«La auténtica litrona es la de Mahou»
No, no estamos haciendo apología del botellón. Pero cuando hay una celebración y llevas cerveza, no perdonas. Ni la marca Hacendado (a la cual respetamos bastante) vale. Eres fiel a las (buenas) costumbres.
«Seguro que tú no has comprado pájaros en El Rastro»
No, no estamos locos. Puede que incluso siendo madrileño al 100% no sepas de que hablamos, pero hubo una época en la que en una de las calles en las que se coloca el mercadillo más famoso de Madrid se podían comprar pájaros de diferentes especies. La verdad es que no sabemos cuando dejó de hacerse, pero seguro que más de uno o una ha tenido algún ave castiza.
«Hay vida más allá de la M-30»
Los que viven fuera de ella lo saben perfectamente. Es más, a pesar de todos los contras que puedas creer que esto conlleva, es más positivo de lo que imaginas. De hecho, hay gente que se ilusiona la primera vez que cruza alguno de sus puentes…
«Callao no siempre fue peatonal»
Y no hace mucho de esto. De hecho, comenzó a serlo en 2009, pues hasta ese momento se permitía el paso de coches y autobuses en la plaza.