Muchos secretos de Madrid están en los terrenos de la red suburbana.
Se nos antoja vivir una aventura subterránea que queremos compartir contigo: desenterrar los tesoros no tan ocultos de la capital por el módico precio de un billete de metro.
Viaja con nosotros de norte a sur, de este a este, y rebusquemos en cada andén y entre los raíles hasta dar con todas las perlas del subsuelo madrileño.
1. La estación fantasma de Chamberí
Estas dos paradas del suburbano tienen historias diferentes, pero el mismo final: su cierre al público y su entrada a la dimensión de las estaciones olvidadas.
Chamberí es una estación congelada en el Madrid de los años 60. Pertenecía a la primera línea de metro que atravesaba la ciudad pero, cuando esta se modernizó, Chamberí se quedó fuera del recorrido porque la longitud de los trenes era mayor que la de sus andenes. Por suerte, aún podemos visitarla gratis y ver sus muros, bóvedas y carteles originales.
Arroyo Fresno fue la otra estación fantasma de Madrid, construida en 1999 pero jamás inaugurada. Finalmente se realizó su apertura en marzo de 2019, ¡veinte años después!
2. Un acueducto de la Edad Moderna (Ópera, líneas 2 y 5)
La céntrica estación acoge un museo arqueológico bajo tierra que contiene restos del Acueducto de Amaniel, la Fuente de los Caños del Peral y la Alcantarilla del Arenal. Todo lo que puedes ver allí abajo data de los siglos XVI y XVII y atestigua la temprana relación de los habitantes de Madrid con el agua.
3. El tranvía 477 (Pinar de Chamartín, líneas 1 y 4)
En 1908 este vehículo circulaba entre Serrano y Sol, tal como nos indica una placa en su parte frontal. Cuando llegó su hora, no fue destituido como sus pares, sino que se conservó tal como estaba y ahora es un elemento histórico en el vestíbulo de Pinar de Chamartín. Una sorpresa nostálgica que nos lleva al pasado en lo que dura un parpadeo.
4. La Nave de Motores (Pacífico, líneas 1 y 6)
Aquí abajo se guarda la maquinaria que en 1922 ponía en marcha el metro. Su tamaño descomunal y su aspecto antiguo son dignos de ver, ya que son los originales, restaurados en 2008. La potencia de estos motores era tal que llegaron a suministrar energía a la ciudad durante la Guerra Civil.
5. Un yacimiento paleontológico (Carpetana, línea 6)
La historia del metro no se remonta tan atrás, pero aquí puedes ver los restos de hace más de 15 millones de años que se encontraron durante la construcción de los ascensores y los cuartos técnicos de la estación.
Durante las excavaciones se hallaron fósiles del Mioceno medio, algunos pertenecientes a mastodontes, rinocerontes y tortugas gigantes. Una exposición recrea la vida en Carpetana hace millones y millones de años.
6. El Puesto de Mando del Metro de Madrid (Alto del Arenal, línea 1)
La base de operaciones de la red metropolitana está bajo el suelo, como no podía ser de otra manera. Desde el puesto de mando se observan la circulación de los trenes, la información al viajero, la gestión de la energía o seguridad y los servicios de vigilancia. Los monitores recubriendo toda la pared parecen sacados de una película de ciencia ficción.
7. Un vestíbulo de los años 20 (Pacífico, líneas 1 y 6)
El vestíbulo original de Pacífico es una joya que aún podemos explorar: conserva el estilo de 1922, con sus bóvedas y lucernarios, y se sitúa en el andén de la línea 1 en dirección a Valdecarros. Se dejó de utilizar con la ampliación de los andenes de metro, pero hoy en día es otro de los museos suburbanos que esperan nuestra visita.
8. Una cascada de luces electrónica (Chamartín, líneas 1 y 10)
Esto que ves no es el plano recurrente de Matrix, sino una gigantesca pared de luces LED que simula la caída del agua. Aunque muchos no lo sepan, se llama Iguazú y mide 22 metros de alto y 40 de largo. Para quedarse embobado al pasar, vamos.
9. El parque según Mingote (Retiro, línea 2)
Nada más bajar del tren para salir al Retiro, una caricatura del jardín más famoso de Madrid nos saca una sonrisa. Fue realizada en cerámica por la mano de Antonio Mingote, que tiene su propia estatua en el parque.
10. Un escudo de Madrid en bronce (Tirso de Molina, línea 1)
Un escudo de la ciudad preside el andén de esta estación, una de las más antiguas. No es su único secreto: el estilo original con azulejos blancos, azules y dorados se conserva a la perfección, junto a las bóvedas tan típicas de los inicios del metro.
11. El universo (Arganzuela-Planetario, línea 6)
Quien vaya en metro al planetario se maravillará incluso antes de entrar debido al enorme mural que representa la galaxia. Está hecho en cerámica y sus colores vibrantes nos recuerdan la infinitud del espacio y sus enigmas.
12. Un minimuseo en el andén (Goya, líneas 2 y 4)
La estación que homenajea a Francisco de Goya va más allá de llevar su nombre. Las paredes de sus andenes están recubiertas con reproducciones de algunas de las obras del pintor, un entretenimiento visual maravilloso para esos días en los que el tren se retrasa más de la cuenta.
13. Un avión a varios metros bajo el suelo (Colombia, líneas 8 y 9)
¿Cómo ha llegado aquí a parar este avión, tan lejos de las nubes? O al menos, esta estructura fluorescente y negra que nos deja ver su interior vacío. Pues tras una ardua investigación, no hemos conseguido averiguarlo. Tal vez sea porque esta estación alberga la línea que lleva al aeropuerto, pero no podemos asegurarlo.
14. Un pico y una pala (Begoña, línea 10)
El trabajo duro también merece un homenaje, aunque sea pequeñito. Y por eso en esta parada hay una vitrina con antiguas herramientas como un pico, una pala, un cubo y una polea.
15. Un mural para el maestro del flamenco (Paco de Lucía, línea 9)
La parada que recuerda a Paco de Lucía esconde un mural muy colorido para homenajear al músico andaluz. La obra ocupa todo el ancho de la estación, y la convierte en una de las más artísticas de toda la red suburbana.
De momento, hemos encontrado estos tesoros, pero nos haría muy felices que compartas con nosotros los secretos que tú descubras en el universo del metro.