Si hemos aceptado que se instaure una máxima risible y parodiable en el periodismo madrileñocentrista que es la que habla de un restaurante zamorano que está solo a equis horas de Madrid, concluiremos que la hipérbole de esta forma de titular podría llevarnos a pensar que hay unas ruinas griegas que debes descubrir porque están a tan solo 87 horas de la capital.
La estructura radial de Madrid y su posición geográfica condicionan que, salvo el barco (y no así en Aranjuez), todo medio de transporte sea una buena solución. Hace poco se han instaurado las rutas entre Madrid y Tokio mediante vuelo directo, puedes llegar hasta Francia en tren y los recorridos en autobús son la panacea de la aerofobia.
Berlín o Londres pasando por París
¿Viaje a Londres? Ni el canal de la Mancha es un problema. ¿Una fiesta tecno en Berlín? Apenas 34 horas tienen la culpa de que no la estés disfrutando –eso y apenas 174€ gastados en la ida. ¿Viaje directo a París? Un cafelito frente a la Torre Eiffel por apenas 35€, comprándolo sin tiempo y en 16 horas.
Aunque este artículo parezca un panegírico a Flixbus, en realidad es más un elogio al sistema de carreteras europeas o al infinito campo de posibilidades que ofrece un viaje en autobús.
A saber, el viaje más largo que se puede hacer en autobús (en el mundo) se corresponde con la ruta Lima – Rio de Janeiro, que cubre 6.200 kilómetros, recorre cuatro países y dura alrededor de cien horas.
La opción equivalente en Europa –o al menos desde Madrid– tiene como destino las ruinas griegas de las que hablábamos en el primer párrafo. Atenas está a tan solo (tan solo) 87 horas y el coste es de unos 455€ con unos tres transbordos. Hay otros destinos como Tallín (63 horas), Kiev (60 horas) o Estocolmo (49 horas).