
Pasear por el Barrio de las Letras es como sumergirse en las páginas de un libro. Los versos y textos inscritos en el pavimento, con sus letras doradas, guían tus pasos hacia la Casa de Cervantes y la de Lope de Vega, dos hogares que aún emanan inspiración que hemos heredado del Siglo de Oro.
Pero hasta ahora no había obras de mujeres en las aceras. Como si no hubieran existido grandes autoras que cambiaron el sentido de la literatura. Como si ellas no merecieran el mismo reconocimiento que los escritores con nombre masculino.
Por fin llega una escritora al Barrio de las Letras. Es Emilia Pardo Bazán, cuyas palabras grabadas en el suelo nos recuerdan que «vivir es tener opiniones, deberes, aspiraciones, ideas…”. Un fragmento de su obra La vida contemporánea.
Dentro de poco el legado de otras dos escritoras acompañarán a la frase de Bazán. Rosalía de Castro y María de Zayas Sotomayor estarán en la calle de las Huertas. Junto a sus palabras, como junto a las de Pardo Bazán, se instalarán paneles verticales con datos sobre sus vidas.
Algunas de las iniciativas de urbanismo reciente están encaminadas a reducir la desigualdad en la representación femenina que se hace patente en toda la capital. La semana pasada se decidió llamar a cinco zonas verdes con nombres de feministas, con la pretensión de aumentar la cifra de calles que recuerdan a mujeres en el centro.