El gran abeto que se instaló el pasado 18 de noviembre en plaza de España ha sido uno de los grandes protagonistas de las Navidades en la capital. Con sus 18 metros de altura y cerca de 1,5 toneladas de peso, el árbol se ha convertido en uno de los atractivos turísticos más destacados de la plaza. Así se había concebido desde el Ayuntamiento, que lo decoró con 800 bolas en colores plata y oro, 200 caramelos, 150 cordones luminosos, 27.000 puntos de luz (todo con tecnología led) y seis paquetes de regalo 3D en la base.
Ahora, una vez pasadas las fiestas, llega el momento de retirar todas las luces y decoraciones navideñas: una tarea que comenzó este lunes y que está previsto que se extienda aproximadamente un mes, según explican a este medio fuentes municipales. Entre los elementos a retirar se encuentra este gran árbol, que será trasladado a una planta de compostaje para la elaboración de sustrato.
El mismo vivero de Girona del que procedía el abeto, Can Jover Cultius, será el encargado de llevarlo a dicha planta. La empresa planta más de 50.000 ejemplares cada año «bajo un estricto control de las autoridades competentes» y cuenta con la máxima certificación MPS Sustainable Quality, que garantiza que se ha cultivado «siguiendo los métodos exigidos por las autoridades en cuanto a sostenibilidad y medioambiente», según recogía en un comunicado el consistorio.
La elección del abeto
Precisamente estos días, del 7 al 31 de enero, está en marcha la campaña municipal de recogida de árboles de Navidad, que se encarga de cuidarlos en los viveros municipales hasta su replantación. Para ello, uno de los requisitos es que los árboles se entreguen «vivos y con el cepellón cohesionado y húmedo». En el caso de que los ejemplares estén deteriorados, se trasladan a la Planta de Migas Calientes para convertirlos en compost.
Por la tipología de árbol escogida, la de replantar no es una opción en el caso del abeto que se ha podido ver estas Navidades en la plaza: al haber sido cortado no tiene cepellón. «Un abeto de estas dimensiones no es replantable. Estos árboles, como se hace en otras ciudades y países europeos, van sin cepellón. Se cortan y finalmente están destinados a compostaje o madera. Hay viveros que se dedican a ello: los cultivan para ese fin y cumplen un ciclo», explican fuentes del Área de Obras y Equipamientos.
A pesar de las críticas recibidas por parte de algunos grupos políticos, que señalaban que hay alternativas más sostenibles que recurrir a un «árbol de Navidad de usar y tirar», el Ayuntamiento hace una valoración positiva de su instalación.